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Los últimos octavos: al Sporting le faltó cabeza

“Tuvimos el pase en el cabezazo de Lod”, dicen los protagonistas de la eliminatoria de 2019 ante el que sería el campeón, el Valencia de Marcelino | Los exrojiblancos ven opciones hoy, a partido único

Robin Lod se lamenta de la ocasión fallada en Valencia en el partido de Copa del Rey de 2019. | Lof

No existe rivalidad como tal pero lo cierto es que en los últimos tiempos Sporting yVillarreal han vivido capítulos de mucha tensión entre sí. ¿El último? La abrupta salida del canterano rojiblanco Christian Ferreres al club “groguet”. El caso terminó en los despachos, con vitoria del Sporting en una sentencia histórica nunca antes vista. El Comité jurisdiccional condenó al Villarreal a pagar 300.000 euros al club rojiblanco por la formación del canterano gijonés. La operación causó mucho malestar en el seno del Sporting. Consideraban que el Villarreal no empleó los cauces habituales para reclutar al prometedor futbolista. El Sporting, mientras, defendió su derecho de retener al jugador al igualar la oferta del club castellonense para hacerle un contrato profesional. El consejero Ramón de Santiago, máxima autoridad jurídica del club rojiblanco, tildó de “robo” la forma de proceder del “submarino” amarillo. El episodio se tensionó y prolongó en el tiempo, con fuego cruzado entre los dirigentes. “¿Robo? Antes de que naciera De Santiago yo era socio del Sporting”, replicó el vicepresidente del Villarreal, José Manuel Llaneza, mano derecha de Fernando Roig. El “caso Ferreres” ha sido quizás el episodio más desagradable para ambas entidades y que realmente deterioró en ese momento las relaciones entre clubes, fluidas hasta hace unos años precisamente por la presencia de Llaneza en el Villarreal.

Pero de forma indirecta también se han producido otros acontecimientos. Uno de los más recordados: la destitución de Marcelino García Toral como entrenador “groguet” después del Sporting (2-0) Villarreal en mayo de 2016, victoria que supuso la permanencia de los “guajes” de Abelardo Fernández en Primera División. A Marcelino le llovieron las críticas. Le dieron entonces muchos “palos” desde los medios castellonenses y también nacionales por formar en Gijón un once repleto de jugadores inhabituales en las alineaciones del Villarreal. Roig terminó tirando al técnico. Y eso que Marcelino les clasificó para Champions. Pero al presidente, todo un carácter, no le gustó ni un pelo lo de esa tarde en Gijón. Ni tampoco unas declaraciones del asturiano antes: “Ojalá el Sporting se mantenga, porque es lo que siento”, dijo antes del partido. Roig replicó: “No puedo permitir que hubiese gente que quisiese dirigir el Villarreal de forma paralela, tomando ellos las decisiones. En este club solo manda una persona y ese es Fernando Roig”. Y añadió: “Siempre he defendido la honradez en el fútbol y no podía permitir circunstancias como las que ocurrieron a final de temporada”. Aunque luego, salpicado por la dureza de sus propias palabras e insinuaciones, recogió cable. “En mis declaraciones nunca dije que lo despidiera por el partido ante el Sporting. No pronuncié ni la palabra Gijón ni nada parecido. Lo que sí dije es que hubo cosas en el final de temporada y el inicio de la actual que no me gustaron”, afirmó. También está el singular paso de Moi Gómez por el Sporting. El talentoso jugador nunca se adaptó al club rojiblanco, tampoco a la ciudad. Tras brillar en el Huesca, terminó siendo repescado por el Villarreal tras unas arduas negociaciones entre ambas entidades. El Sporting no dio su brazo a torcer. El Villarreal terminó pagando cerca de 1. 5 millones.

Los que conocen a José Alberto López (Oviedo, 39 años) saben lo mucho que le ha costado llegar a la élite del fútbol profesional. Las situaciones de la vida y de este complicadísimo negocio repleto de agentes interesados, donde siempre es más fácil escalar el Everest como técnico si antes se ha hecho carrera como jugador, han puesto a prueba su capacidad de resistencia. Pero, pesado, peleón, como él mismo se define, se ha empeñado en avanzar, en seguir, aunque a veces haya tenido que dar uno o dos pasitos hacia atrás para después coger impulso. El mejor ejemplo, el más popular y el más sonado, que decidiera compatibilizar su pasión con trabajar como carretillero y reponedor en Ikea.

Pero la anécdota esconde otras decisiones igual de importantes para llegar a ser hoy el técnico elegido por el reputado Manolo Gaspar para sustituir a Sergio Pellicer en un club histórico y con mucha presión social como es el Málaga, donde no ha alcanzado la regularidad, pero se mantiene a cuatro puntos del play-off. Como cuando salió de su zona de confort y del paraguas de Mareo siendo técnico de infantiles para rescatar al Covadonga, a un paso de perder la categoría en Tercera. Esa decisión, valiente, convenció a Javier Fernández, presidente del Sporting, de que José Alberto estaba hecho de otra pasta. De su espíritu rebelde. Por eso, después lo repescó para el División de Honor. Triunfó en el filial, que rozó el ascenso a Segunda con una generación prometedora.

Lo cierto es que las cosas no le fueron como esperaba en el Sporting. ¿Su proyecto? Se quedó a medias. Pero, en cierto modo, sigue vivo. Hoy, (18.15 horas, Movistar) José Alberto López (48 partidos, 18 victorias, 14 empates y 16 derrotas en el Sporting) se enfrenta a su pasado más reciente y también a una parte de sí mismo. “Será un partido de Primera. Es un encuentro muy especial”, confiesa el preparador.

Se mide ante una generación que él mismo esculpió. A los José Gragera, Guille Rosas, Nacho Méndez, Pedro Díaz… “Entrené a muchos de esos jugadores y trabajé con gente que hay en el ‘staff”, confiesa. La derrota en Copa del Rey frente a un Tercera como el Zamora reventó la confianza de los rectores del Sporting en él. Y voló solo unos días después, tras la derrota en El Molinón ante el Extremadura. Lejos de venirse abajo y dejarse llevar, José Alberto convenció a un director deportivo con muy buen ojo como es Chema Aragón de que era el hombre idóneo para tutelar a un equipo repleto de jugadores jóvenes como el Mirandés de la campaña 2020-2021. Se unió a Pablo Álvarez, técnico de idéntico perfil y que salió de Mareo en busca de una oportunidad en los banquillos. Al Mirandés lo dejó décimo. Despachando además muy buenos ratos de fútbol y mejorando a muchos de esos futbolistas, algunos ahora en Primera, otros en clubes punteros de Segunda, como el zaguero del Sporting Juan Berrocal.

Es el único preparador asturiano en Segunda. Y únicamente Marcelino García Toral, su espejo, está por delante en Primera con el Athletic. José Alberto ha vencido a los estereotipos gracias a su insistencia, voluntad, y a ganarse el respeto en el profesionalismo por el estilo atrevido de sus equipos, a los que imprime su personalidad peleona.

Se diga o no con la boca pequeña, el Sporting tiene esta tarde en El Molinón uno de los retos más ilusionantes de las últimas décadas. En noventa minutos se juega meterse entre los ochos aspirantes a hacerse con la Copa del Rey, un imposible que reengancha a la afición después de una temporada nada fácil en Liga: “Estamos en octavos, pero hay que ser realistas... No es fácil”, extrema la prudencia David Gallego, sabedor de que el hito es complicado.

Hay quienes subrayan en Mareo la relevancia del partido de hoy ante el Cádiz que ahora dirige el anhelado Sergio González y reivindican la tremenda oportunidad que supone estar a dos encuentros, con el cambio de normativa implantado por Luis Rubiales, de alcanzar unas semifinales de Copa del Rey, algo que no se ve en Gijón desde que el Dépor cerró el paso a los rojiblancos a la final en la temporada 1994-1995. ¿Los últimos cuartos? En 2009. Ahí apareció el Athletic (1-2) para despertar al Sporting del sueño, y eso que tras empatar en La Catedral se adelantó en El Molinón con gol de Carmelo.

Estos días también sobrevuela por el ambiente el recuerdo de lo que puso ser y nunca fue en la última ocasión que el Sporting alcanzó los octavos. Hace muy poco. Mañana de hecho, se cumplen tres años de la eliminación en Mestalla ante un Valencia que primero salió derrotado de Gijón (2-1), partido que dejó contra las cuerdas a un entonces muy discutido Marcelino García Toral. “El partido en El Molinón se nos dio bien; a la vuelta fuimos con mucha ilusión por la dificultad que entraña eliminar a un rival como el Valencia en Mestalla”, relata Iván Hernández, segundo entrenador de aquel equipo que tuteó al mejor proyecto de los che de los últimos tiempos durante 135 minutos. Por entonces, la Copa era a doble partido, y eso perjudicó y mucho a los de José Alberto.

Todo se decidió en los últimos cuarenta y cinco minutos del cruce, con la irrupción de Santi Mina, bigoleador. “Les sorprendimos con la defensa de tres centrales”, explica Hernández. “Todo estuvo muy igualado... hasta que nos quedamos sin fuerza. Hicimos una eliminatoria espectacular”, apunta Carlos Cordero, titular en aquel encuentro. Marcelino estuvo al borde del despido. El Valencia fue pitado al descanso de la vuelta en Mestalla con el 0-0. “Había un ambiente tenso en la grada, de crispación”, añade Hernández.

Hoy Marcelino es adorado en Valencia: después de las dudas terminó llevándose el torneo copero tras ganar al Barcelona en la final. Pero todo estuvo a punto de saltar por los aires en una acción. Lo recuerdan a la perfección los protagonistas de aquella noche. El Sporting estuvo a un paso de pasar a cuartos. A un remate de cabeza que se fue a escasos centímetros de la portería de Robin Lod, un talento singular, muy irregular, difícil de comprender, que terminó pasando de puntillas por el club y que tuvo en su cabeza la gloria, que nunca llegó.

“Parte de la eliminatoria la tuvimos en la ocasión de Lod”, confiesa Iván. “Lo tuvimos en la mano, pero al final se nos escapó. La ocasión de Lod fue determinante. Si hubiésemos marcado el 0-1 habría cambiado la eliminatoria”, recuerda Cordero. Lod la mandó fuera. Blackman subió horas después un vídeo contando su fantástica experiencia en la eliminatoria ante el Valencia, y el Sporting, claro, quedó apeado. “Fue una pena ese gol porque habría cambiado la eliminatoria”, confiesa otro central de aquel partido, Juan Rodríguez. “El Sporting tiene una eliminatoria difícil ante el Cádiz, pero va a tener opciones de pasar”, anticipa Cordero. “Ante el Villarreal hicieron un gran encuentro y al ser a partido único la eliminatoria se iguala”, concluye Hernández.

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