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Javi Rico mantiene una reunión con la plantilla en Mareo en busca de una reacción

El director deportivo del Sporting tuvo ayer un cara a cara con los jugadores en las instalaciones tras perder contra el Tenerife

Martí, ayer en Mareo. Marcos León

La derrota contra el Tenerife, ha hecho mucho daño en la entidad rojiblanca. Después de cuatro tropiezos consecutivos y ver adelgazas las diferencias con el descenso, hoy en cinco puntos, en Mareo se han encendido todas las alarmas por el riesgo a un descenso histórico, situación que se pretende evitar a toda costa. A falta de once jornadas, está en juego continuar en el fútbol profesional. La caída es tan terrible que el Sporting ha pasado de ser un proyecto admirado y líder en la jornada 10, a ser hoy un equipo que lucha por no bajar a Primera RFEF. Aunque menor, el colchón todavía es significativo. Pero la dinámica, terrible, provoca mucha desconfianza. Y en el recuerdo están muy recientes otros descensos de históricos, como el Dépor o el Racing.

Ayer, después de una jornada dominical muy dura, de bajón, los futbolistas se volvieron a ver en Mareo. Fue para realizar una sesión con carácter regenerativo. Los jugadores tienen hoy su jornada de descanso antes de comenzar mañana a preparar la visita del próximo domingo a Butarque, otro duelo clave, que se jugará con la calculadora en la mano porque el día antes, el sábado, se ven las caras en Anoeta la Real B y el Mirandés, los dos rivales que tienen los rojiblancos para evitar esa última plaza que lleva a la extinta Segunda B.

Conscientes del delicado momento, Javi Rico, director deportivo del Sporting, mantuvo ayer un encuentro con toda la plantilla en las mismas instalaciones de la Escuela de Fútbol de Mareo. La cumbre duró unos veinte minutos. En esta ocasión, se produjo sin la presencia de José Luis Martí ni del resto de miembros de su staff. Fue un cara a cara entre el director deportivo y los jugadores. Rico recalcó a los futbolistas que tienen más nivel del que están mostrando, que ahora toca mentalizarse del cambio de objetivo y competir por salvar la categoría. En la cita, se trasladó un mensaje de confianza a la plantilla, a la que se le repitió que tiene más nivel del que muestra ahora mismo la fotografía de la clasificación. Fue un mensaje conciliador, de ánimo.

Y de exigencia, repitiendo a los futbolistas que deben dar un paso adelante para sacar adelante este momento, duro e inesperado. El vestuario está del mismo modo muy afectado por la situación. El hecho de no conseguir resultados está pesando en la plantilla, sobre todo en los más jóvenes, que viven por primera una situación de lo más difícil. En ese sentido, distintos capitanes vienen manteniendo encuentros con otros futbolistas de la plantilla para hacerles ver que su nivel futbolístico es mayor y que así lo han demostrado con anterioridad. Pero las derrotas se suceden, provocando una merma de confianza, que se pretende subsanar.

En esta parada, jornada 31, solo en una ocasión se vio en un enredo semejante. Fue en la campaña 1998-1999. El equipo ocupaba idéntica posición (decimoctavo). Pero estaba a dos puntos del descenso, y tenía un punto menos (34). A pesar de todo, éste no es el de mayor angustia en su historia. Están otros, como el famoso de las “Las tres cruces de Ortiz”, en 1961. O la agonía que se vivió en la permanencia de Manolo Preciado, en la 2006-2007. Ese equipo, a falta de cuatro jornadas, era decimosexto. Pero con solo un punto de margen.

En Mareo observan el panorama con la máxima prudencia, sobre todo por la dinámica y sensaciones que ofrece el equipo, cada vez peores, mostrándose endeble y fácil de batir, con muchos problemas defensivos. De hecho, esa misma lectura fue la que llevó antes al club a relevar a Gallego por el miedo a que la caída no se parase. Ahora hay quienes creen que esa medida drástica ha llegado tarde, y que el catalán tuvo que ser reemplazo después de los feos episodios que se dieron ante el vicepresidente Javier Martínez y el director deportivo Javi Rico tras el empate ante el Huesca. Pero todas esas lecturas, decisiones que ahora se observan como erróneas, se analizarán de nuevo al final de campaña. No ahora. En el corto plazo, las fuerzas están destinadas en evitar lo que sería, por todo, una hecatombe mayúscula.

Ya hay agentes e intermediarios que están postulando otros técnicos para este final de Liga. Incluso hay algún director deportivo que se ha ofrecido, pero sin obtener respuesta. Mientras que se mantiene en el club confianza en que José Luis Martí levante al equipo. Al balear le está costando entrar y vive su peor momento como técnico, con el pleno de derrotas que arrastra (3 en 3 partidos) ya es el peor debutante en la historia de la entidad.

Tampoco había encadenado tres resultados negativos en sus anteriores experiencias como preparador. Intervencionista, se mantiene confiado en que finalmente dará con la tecla después de probar primero con un 4-3-3, pasar por el 4-4-2, y virar hasta el 4-2-3-1 con el que perdió contra el Tenerife. Al técnico le inquieta especialmente el rendimiento defensivo. En los últimos tres encuentros, ha encajado 6 tantos. Con Martí, los rivales solo necesitan 6.8 remates. Con Gallego, casi el doble (11.5). Un problemón.

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