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El Pitu empieza con un punto: empate y gracias del Sporting en Huesca

Un derechazo de Pedro Díaz a diez minutos del final iguala un partido en el que los oscenses se adelantaron a saque de esquina \ Aitor tuvo el gol de la victoria en un final lleno de nervios

El Pitu empieza con un punto: empate y gracias del Sporting en Huesca. LFP

Un punto y gracias. El Sporting rescató un empate (1-1) en Huesca a diez minutos del final gracias a un derechazo de Pedro, tras repetir errores del pasado y dejar a medias el regreso de Abelardo, con mucho trabajo por delante. El conjunto oscense se adelantó nada más iniciarse la segunda parte en un saque de esquina, el enésimo que castiga a los gijoneses, atenazados por los nervios. Con el partido roto y en medio de un bombardeo al área del cuadro aragonés, Aitor tuvo en el descuento el gol de la victoria, pero acabó estrellándose con el portero. 

Cuéllar ganó el pulso de la portería y Pedro Díaz acabó situado en banda derecha. Continuidad bajo palos y cambio de sistema. No hubo trivote, los rojiblancos iniciaron con los dos delanteros que formaron juntos el jueves en Mareo: Djuka y Aitor. El resto, lo esperado para visitar a un Huesca sin incentivos clasificatorios y varios protagonistas mirando ya a la próxima temporada, en la que el entrenador, Xisco, ya anunció, semanas atrás, que no seguiría. A priori, todo a favor en un Alcoraz con menos de cinco mil en la grada y pitos a los suyos tras los primeros errores de pase. Mientras, en uno de los fondos, un centenar de aficionados rojiblancos se parte las manos a aplaudir cada vez que se acerca uno del Sporting. 

El equipo vertical demandado por Abelardo apareció a los diez minutos. Poco más. La idea estaba y la mostró Cuéllar, al sacar rápido y a media altura para buscar a Djuka y armar una contra finalizada en saque de esquina. Detalles, pero dificultad para meterle mano a un rival para nada dormido, aunque impreciso en los metros finales. Le dio, en todo caso, para tener la primera y una ocasión del primer tiempo. Escriche se anticipó a Berrocal, quien minutos antes había sido amonestado por un cruce a destiempo, para cabecear cerca del palo izquierdo de Cuéllar. El equipo gijonés, cada vez más incómodo, como su entrenador. A Gragera y Christian Rivera se le empezaba a multiplicar el trabajo. El descanso le vino mejor a los rojiblancos tras un primer tiempo con los mismos tiros a portería que su rival, cuatro, pero ninguno de ellos entre palos. 

La segunda parte se inició con resbalón de Christian Rivera cuando ya armaba la pierna en área oscense. El tropiezo fue mayor en la propia, en la jugada siguiente. Otro balón parado en contra, en forma de saque de esquina. Otro gol. Florian Miguel se anticipó a Kravets y cabeceó en el corazón del área para pillar a contrapié a Cuéllar. Todo más difícil. Villalba, de sacrificado a primera opción en busca de la solución, en lugar de Christian Rivera. El esquema, el de siempre, con el valenciano por detrás de Djuka; Aitor, a la banda y Pedro, de nuevo al medio. Con el único saldo a favor de un centro sin rematador y un disparo lejano de Pedro, Gaspar entró por el Puma. 

Acelerado por la situación y el resultado, el partido se fue trasformando en un ida y vuelta con los rojiblancos con más nervios que puntería. Berrocal pudo marcar, pero no acertó a rematar en área pequeña y la acción fue invalidada por fuera de juego; Djuka pidió un penalti y Fran Villalba comenzó a coleccionar conducciones imposibles. Cuéllar evitó el segundo al achicar la aparición en el vértice de área pequeña del recién incorporado Mikel Rico. Y de ahí, al empate. 

Abelardo recurrió a Campuzano para los diez minutos finales y quitó a un defensa, Berrocal. La primera acción en la que participó el catalán, a la jaula. Campuzano cayó al costado derecho para sacarse un centro atrás, a la frontal, donde emergió Pedro Díaz. No le tembló la diestra para ajustarla a la cepa del palo e igualar un partido que caminaba hacia la derrota. Se lo creyó el Sporting y animó, más que nunca, la Mareona. El toma y daca, cada vez más pronunciado. Aitor la tuvo a la contra, pero se le fue el último autopase, y el Huesca acumulaba centros laterales entre sucesivas pérdidas del Sporting, más nervioso que nunca. 

El tiempo de descuento dio opción a la victoria a los rojiblancos. Gran control de Gaspar para buscar al espacio la carrera de Aitor y el de Gibraleón, otra vez dejando largo el último aupase, se acabó estrellando con el portero rival en la más clara del partido para los rojiblancos. La vuelta del Pitu solo dio en Huesca para rescatar un punto.

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