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El adiós de Valiente al Sporting tras aquel "no" al Huesca, un gol "emocionante" y los piropos de Piqué

“El Sporting tiene algo que atrapa; eso y Mareo es lo que tiene que explotar el club”, afirma el catalán, que se ve "compitiendo en el extranjero"

Marc Valiente, jugador del Sporting, con su hijo Martí. MARCOS LEON

Todo empezó en el verano de 2019. Marc Valiente (Granollers, Barcelona, 29-3-1987) tenía decidido poner fin a su etapa en en el Partizán de Belgrado y volver a España. El más insistente para cumplir su deseo, el Huesca, que acababa de descender de Primera. “Se interesaron mucho. Hablé con el director deportivo, pero entonces surgió la propuesta del Sporting y pedí pararlo todo”, recuerda el catalán. Ese año el Huesca de Míchel regresó a la máxima categoría. El ya exrojiblanco hace honor a su apellido y asegura que no se arrepiente de aquella decisión. Se encuentra con LA NUEVA ESPAÑA para hacer balance de sus tres años como rojiblanco, a los que acaba de poner fin. “Me voy agradecido al club y con la rabia de no haber logrado el ascenso”, subraya.

Horas después de despedirse de sus compañeros en Mareo y mencionar el sportinguismo del mayor de sus dos hijos, Martí, como prueba de la huella que ha dejado el club en su famlia, Marc Valiente pasea con Martí por el parque Fluvial de Gijón. Conversan sobre las vacaciones, que seguirán teniendo a Gijón como protagonista. “Nos iremos en unos días a Barcelona y luego volvemos porque le prometí una semana en el Campus de Mareo”, comenta el padre ante la sonrisa cómplice de su hijo, jugador de la Escuela de Viesques Jesús Uribe. Todo lleva al rojiblanco.

A Valiente, a quien el propio Gerard Piqué situó como uno de los mejores jugadores de su generación –jugó durante diez años en la cantera del Barça compartiendo quinta con Cesc y Messi, entre otros– le cuesta resumir las tres últimas temporadas. “Al inicio me costó entrar en el eqiupo y cuando lo conseguí, llegó el covid-19, que nos mató a todos de alguna manera. Fue entonces, cuando estamos confinados, cuando empecé a notar dolores en la fascia”, dice sobre una lesión que llegó incluso a hacerle pensar en la retirada. “¡Claro que pensé en dejarlo! En mi segunda temporada tuve dolores que me limitaban mucho. Si no llega a ser por la paciencia del cuerpo médico del Sporting y de David (Gallego)... Tengo mucho que agradecerles”, sentencia. Después llegó un verano, el pasado, en el que reconoce que hubo “tiranteces” con el club.

“Cuando me voy de vacaciones pienso que mi tercer año, que era opcional, tiene ejecutadas unas cláusulas que doy por cumplidas. Cuando vuelvo a Gijón veo que no está del todo cerrado. Fueron seis días de negociación con el club, especialmente con Javi (Rico), en el que hubo alguan tirantez, pero se saldó y se decidió firmar un contrato por un año más. Pasó y no hubo ningún problema. Repito, estoy muy agradecido al Sporting”, señala. Ha sido este último año el que más ha sufrido en lo personal. “Este desplome emocional del equipo ha sido bestial. No lo viví nunca Como positivo diré que los jóvenes aprenderán mucho de esto”, confía.

A la hora de visualizar el futuro inmediato del Sporting, pide calma. “Es difícil pedir paciencia en estos momentos, pero ha entrado la persona que quería entrar (Abelardo). Va a decir verdades y va a intentntar cambiar estoy tiene poder para hacerlo. Que la afición confíe en él y en la gente que quiere que esté con él. Hay que hacer borrón y cuenta nueva, y ver El Molinón apretar como el día del Girona”, resume. En cuanto al club, habla del Sporting como algo más que un equipo.

“Veo mucho potencial en este club. Tiene un nombre, tiene algo desde fuera que atrapa a muchos futbolistas. Tienes que explotar eso y hacer ver a la gente que llegará ahora que el Sporting es historia y también un lugar donde se trabaja bien. Por ejemplo, se habla mucho de Mareo. Es un sitio para explotar a nivel de cantera excepcional. Es muy importante aprovechar eso a nivel de cantera, porque en el futbol actual económicamente no puedes luchar contra los que llevan muchos años en la élite. Mareo puede ser esa alternativa”, explica Marc Valiente.

La conversación devuelve al plano individiual, a su futuro. “Quiero seguir jugando, al menos, un año más. Sobre todo porque quiero quitarme la espina de esta campaña. Si me retiro, quiero tener una sensación distinta. Me veo compitiendo en el extranjero, en un lugar donde también pueda compartir el fútbol con la familia”, asegura. Lo hará con Gijón como “un lugar al que volveré”, donde deja grandes amigos, como Diego Mariño, y con un recuerdo que permanecerá en su memoria. “Aquel gol al Almería, en mi debut con el Sporting, fue emocionante”, concluye.

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