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El caso Villalba: comienzo difícil en el Málaga tras su pulso al Sporting

Tras forzar su salida de Mareo, no es indiscutible en el colista l No podrá enfrentarse al Sporting este domingo en La Rosaleda

Fran Villalba, en el Málaga. | Área 11

«Vi que si continuaba en Gijón no iba a poder seguir creciendo en mi carrera», confesaba Fran Villalba nada más firmar su contrato con el Málaga. El Sporting visita mañana (18.30 horas) La Rosaleda en el primer reencuentro entre el club rojiblanco y el mediapunta, que no podrá formar parte del partido al estar fijado en el acuerdo la imposibilidad de enfrenarse a la entidad que sigue contando con sus derechos federativos hasta 2026. De momento, las cosas no le están saliendo a Villalba como esperaba en la Costa del Sol. El centrocampista no termina de convertirse en un jugador franquicia para el proyecto andaluz, último clasificado en Segunda División. Pepe Mel, de hecho, lo tiene en consideración. Pero ya no es indiscutible. Pese a que no podía participar el domingo ante el Sporting, no jugó un solo minuto en la derrota del Málaga en Cartagena. El valenciano, que mantiene amigos en el vestuario, echó un pulso al Sporting este verano, forzando su salida alegando molestias musculares para no entrenar. Pero en realidad el pulso se inició antes de la llegada de Orlegi al Sporting. La situación, de hecho, se tensionó sin vuelta atrás sobre el mes de enero. Hasta ahí, el jugador confesaba ser feliz y el club estaba muy contento con su rendimiento, siendo una pieza clave para David Gallego. Pero todo saltó por los aires cuando el Sporting comenzó a contactar con el Birmingham para firmarlo en propiedad.

El lío venía por lo acordado en verano de 2021. Villalba llegó a Gijón cedido por el Birmingham. Pero en esa operación el Sporting incluyó una opción de compra por 500.000 euros, con un contrato claro y donde el jugador pasaba a tener un sueldo de rango medio en la plantilla rojiblanca, pero ostensiblemente inferior a los emolumentos que percibía en la entidad inglesa. Los agentes se negaban a aceptar ese trato, argumentando que el Sporting no iba a pagar la cláusula, sino a negociar a la baja con el Birmingham. El club rojiblanco, finalmente, pagó esa cuantía, fraccionando las cantidades. Orlegi, de hecho, tiene que abonar 250.000 euros este ejercicio y 250.000 más el que viene para pagar esa operación.

Hubo distintas versiones, con la sospecha de que el Sporting hizo bastante más que el jugador por solucionar el conflicto. La de los agentes (David Pirri y Rivas), que aseguraban que la dirección deportiva que lideraba Javi Rico había dado su palabra a que el salario del jugador se revisaría si finalmente se pagaba la cláusula. Y la del Sporting, que negaba tajantemente este punto. Intentó (en distintos momentos) acercar posturas con el futbolista. Se pensó en ofrecer esos 100.000 euros que se «ahorraban» con el Birmingham para que fueran para el futbolista. ¿El damnificado? El club, que vio como uno de los grandes líderes del proyecto perdía protagonismo, generándose una situación delicada de gestionar de puertas para dentro. En verano, el jugador alegó de puertas para fuera que el estilo de Abelardo no encajaba con su fútbol.

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