Mareona del Cañadío a El Sardinero

Santander recibió ayer la mayor Mareona de la temporada. Más de 3.000 aficionados del Sporting inundaron las calles de la capital cántabra para después hacerse oír en El Sardinero, donde horas antes del encuentro se agotó el papel, en lo que fue el primer lleno de la temporada. El rojiblanco tiñó la A-8 desde primera hora del día y continuó por las calles de la ciudad hasta protagonizar un inmejorable ambiente de fútbol. La afición, como tantas otras veces, no falló, al contrario de lo que hizo el equipo.

El mediodía era la hora marcada para empezar a dejarse ver en el punto de encuentro, la plaza del Cañadío, una de las más populares de la ciudad de Santander. Desde uno de los locales hosteleros, estaba previsto escuchar la música de los Dj’s Berni Martín y Nano Gumiel. El volumen ambientó toda la plaza. Duró poco más de una hora tras visita de la Policía Local para bajar decibelios. La cerveza volaba, y los cánticos, a más. Entre el gentío, niños, padres y abuelos. Manu Preciado, hijo del extécnico rojiblanco, se sumó entre aplausos. Las peñas, con amplia representación. La mayoría, tras dejar su autocar en El Sardinero y bajar caminando al corazón de la ciudad.

"Hay que ganar para volver a adelantar al Oviedo", comentaban José Antonio Barroso, "Pintoria", junto a Ángel Rey, Pedro Rojo y Francisco Uría. Ellos se autodenominan, con algo de guasa, el grupo "Latimos juntos", con guiño a uno de los lemas de Orlegi. "Si nun ye pa ganar, ¿a qué vamos venir entós?", preguntaban los muchos desplazados de la peña El Alleranu de Fito. "Mínimo, puntuamos", añadía Aitor Fernández, mierense y miembro de La 1905, antes de que los restaurantes del centro del entorno del campo se llenaran de camisetas rojiblancas. "Esperamos que José Alberto no nos la líe", señalaban desde la peña Isma José Medina, Jorge Martínez, Enrique Solar y Horacio Cuesta. Optimismo, con cautela.

La Mareona contó con mucho veterano y también con jóvenes valores como Martina, una niña de 2 años, o Claudia Pena, de apenas unos meses, acompañada de su madre, Paloma Dehesa. O el locuaz Luis Machado, pequeño de 10 años de Pola de Laviana y componente de la peña La Laguna. "No vale otra cosa que ganar, pero no ye fácil", comentaba con palillo en la boca y unos coloretes testigos de su inquieto ir y venir. Para familias, la de Luis García-De la Cueva y Verónica Martínez, que amenizaron el viaje en coche cantando el himno con sus hijas Cayetana y Claudia. "Victoria segura", sentenciaba Verónica entre las dudas de su marido.

Hubo a quien el viaje ya le mereció la pena solo por poder hacerse una foto con su ídolo. Fue el caso de la mierense Marián Pérez, una fiel seguidora de Gio Zarfino, que no se separó en todo el día de una pancarta en la que le pedía la camiseta al uruguayo. "Fui a hacerme una foto con él al hotel. Le hizo gracia el mensaje porque se rió. Ya nos conocíamos de cuando le vi en la presentación y otro día en Mareo", explicaba la pequeña horas antes de que la pancarta formara parte de la calurosa bienvenida de la afición rojiblanco a su equipo en El Sardinero. La mayoría continuó después viaje por carretera de vuelta a Asturias. Otros, como la peña Los Gemelos, hicieron noche en Santander para alargar lo vivido en el partido.

Hubo cambios en cuanto a la representación rojiblanca ante el viaje a México. Se subió en el autocar José Antonio Redondo, exjugador y leyenda del Sporting. Ya de vuelta estuvieron en Santander David Guerra, Gerardo García y Joaquín Alonso. Donde la intensidad nunca cambia es en una Mareona que, pase lo que pase en el verde, se vivió a tope en Santander como nunca esta temporada.

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