Los desafíos de "MAR" en el Sporting: de los resultados al "proceso"

Tras precipitarse su llegada y cerrarse el mercado, el canario busca dotar al proyecto de estabilidad deportiva después de semanas convulsas

Miguel Ángel Ramírez.

Miguel Ángel Ramírez.

En sus primeras dos semanas en el cargo, "MAR" ha plasmado sus ideas a través de un dibujo versátil (5-4-1 en defensa, o un 3-4-3 con balón) con una propuesta futbolística convencida en torno a la posesión y sobre la que espera en los próximos meses ir construyendo un equipo de autor. Y, claro, recortar distancias con el play-off, el objetivo reconocido por el Grupo y verbalizado de nuevo el miércoles al cierre del mercado de fichajes por David Guerra, presidente ejecutivo.

El técnico canario ha ido tomando decisiones de calado en estos primeros tres partidos: ha dado jerarquía a Diego Sánchez y Queipo, o la alternativa a Campuzano por Djuka. Aunque los números están siendo más positivos que negativos (cuatro puntos de seis en Liga), el empate frente a un Málaga herido en El Molinón sobrevoló en el ambiente las dudas del estreno en Copa del Rey ante el Valencia.

Mañana, frente a un hueso como es el Leganés, estudia añadir nuevos matices. Ramírez ha ensayado en Mareo con la vuelta de Juan Otero; y sopesa dar entrada a Nacho Martín en detrimento de Gio Zarfino para conseguir un triunfo que dé una tregua a estas semanas de inestabilidad, "ruido", y cambios. También porque el calendario aprieta. Febrero se presenta como un mes clave para marcar las ambiciones reales del proyecto. Hoy el objetivo está a nueve putos. El descenso, mientras, se sitúa a seis. Y después de visitar al sexto mejor local de la categoría (Leganés en Butarque), los rojiblancos afrontan una serie de partidos frente a rivales que también se encuentran en esa zona templada de la tabla y que igualmente buscan conocer cuáles son sus ambiciones y evitar líos en el fin de temporada: Huesca (decimocuarto).

Tenerife (decimotercero), y Andorra (undécimo). Aunque no serán definitivos, los resultados que consiga el joven preparador canario en este delicado tramo de campeonato darán una perspectiva de cómo se encuentra el primer proyecto deportivo de Orlegi Sports en Mareo. Las matemáticas, además, obligan a una remontada de aúpa, incluso superior a la conseguida por Rubén Baraja en la campaña 2017- 2018, cuando cogió al equipo a cinco puntos del play-off. A "MAR" le quedan por delante 51 puntos (17 partidos) para intentar dar caza a las posiciones de arriba, y dotar de estabilidad deportiva a una institución que vive un año de muchos cambios.

El "proceso". Aunque la idea inicial de Orlegi Sports era completar su primera temporada en el Sporting con Abelardo en el banquillo, el distanciamiento con la propiedad –incluso más que la misma crisis de resultados– hizo imposible la convivencia entre el dueño y el entrenador, propiciando que se adelantase la llegada de Miguel Ángel Ramírez, a quien se esperaba para junio si el proyecto del Pitu no alcanzaba el play off. Con unas limitaciones financieras muy importantes por las restricciones de LaLiga y el déficit económico que se arrastraba de los últimos años, motivado por la crisis del coronavirus y la mala clasificación deportiva de la última temporada, los nuevos propietarios destinaron casi todo su arsenal económico para plantilla en el mercado de verano; de hecho se firmaron unos perfiles de jugadores para el fútbol de Abelardo, muy distinto al que ahora pretende desplegar Miguel Ángel Ramírez, quien se ha sumergido a las prisas en un proceso de evaluación de una plantilla que no confeccionó. Esa situación ha propiciado que el contexto del aterrizaje temprano de "MAR" en Mareo no haya sido el deseado ni para Orlegi, ni tampoco para el preparador canario, quien rechazó ofertas antes de Navidad tras ser sondeado por el Sporting.

Aunque ha estado presente en las dos últimas semanas de mercado –las más activas–, las circunstancias en las que llegaba el club rojiblanco a esta complejísima ventana invernal, con el tope salarial sobrepasado, impedían una actuación potente, más allá de matices muy concretos por las salidas de Diego Mariño y José Gragera. Guillermo De Amores viene a reemplazar al portero gallego. Mientras que Ignacio Jeraldino se firmó antes de su contratación. El fichaje sobre la bocina de José Marsá, un central tras la salida de un teórico centrocampista (Gragera), responde ya más a la filosofía que pretende desarrollar el nuevo preparador y al nuevo sistema de juego. Ramírez tiene contrato hasta 2024, en una clara apuesta de la propiedad. Orlegi ha evitado en todo momento hablar de temporada de transición, confiando en el nivel de la plantilla y reiterando que la meta es el "play-off". Pero la experiencia del grupo también refleja casos donde se aguantaron "fracasos" en el corto plazo ante lo que los ejecutivos de Orlegi entendían que eran parte del denominado "proceso". El ejemplo más claro fue con Diego Cocca, en Atlas. Llegó al banquillo en agosto de 2020, en sustitución de Rafael Puente. En su primera campaña finalizó en la antepenúltima posición. Orlegi lo aguantó. Después consiguió llevar a Atlas a ser campeón de la liga MX después de setenta años sin lograrlo.

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