Corrió la sidra antes que el balón en Butarque. Las peñas de Sporting y Leganés protagonizaron la previa y varias fases del partido fruto del hermanamiento que les llevó a compartir mesa y mantel antes de animar a sus respectivos equipos. Hasta "Súper Pepino", la mascota del club madrileño, repartió fotos y abrazos con los cerca de medio millar de seguidores rojiblancos que arroparon al equipo de Miguel Ángel Ramírez. El canario vivió de cerca el empuje de la Mareona en su primer partido como visitante lejos de El Molinón.
"Hay que poner co… para engancharnos arriba". Geli Joglar, de la peña La Estrella del Arbeyal, hacía un contundente resumen de lo que hacía falta para ganar en Butarque. "Hay que metese arriba", deseaba, junto a ella, Xuacu Rodríguez, de la peña Sentimiento Rojiblanco. A su espalda, en un local situado en los bajos de Butarque, el olor a sidra permite seguir fácilmente el rastro de la afición del Sporting. "Hay que dar un voto de confianza a este nuevo entrenador", comenta Arancha Fernández a Jairo Díaz. "Si lo han firmado con la condición de seguir si hay permanencia veo la apuesta un tanto titubeante por parte del club", le responde. Ambos, de la peña Casa Kilo, confían en una victoria pero se mantienen expectantes.
"Hay que tener fe", resumen las hermanas Conchi e Isabel Barredo, de la peña Maliayo y llegadas de "El Gobernador, en Villaviciosa". "Lo mejor ye siempre la afición", apunta Rosa Moral, de Sariego. En pocos metros, se mezclan camisetas rojiblancas y blanquiazules. Alejandro García, de la peña San Martín, y Santi Llera, presidente de la peña Maliayo, se afanan en repartir culinos de sidra. "Tengo esperanza de ganar", dice Llera. Ante él, tres cajas de sidra que vuelan rápido. La Federación de Peñas de Leganés sortea una camiseta del club madrileño entre los presentes. Le toca a un aficionado local. "Tongo, tongo", cantan, entre risas, los del Sporting. "Esto ye lo guapo del fútbol, por eso venimos", cuentan Humberto del Valle y Layla Gutiérrez, que han llegado "con toda la familia".
"Ni mal, ni bien, lo veo regular", concluye Roberto Parrondo, un asturiano exiliado en Madrid desde hace décadas. A sus 80 años, no falla en cada partido del Sporting en la capital. Viene sin entrada y en la peña Casa Kilo se encargan de gestionarle una. "A ver si nos dan una alegría", comenta. "Van a empatar para salvar el objetivo real esta temporada: la permanencia", señalan Gustavo Alonso y Susana Fernández, dos gijoneses que llevan la contraria a su amigo Cholfi Iglesias. "Puse 1-2 en la porra, ganamos", cuenta él, sin dudarlo. El fútbol, después, puso a cada uno en su sitio y a la Mareona, protagonizando una vez más su incombustible amor a los colores.
