Unidad ante la crisis en el Sporting

Orlegi confía en Ramírez y aboga por la unión sin fisuras para salvar sin sobresaltos su primera temporada en el club

En primer plano, David Guerra e Israel Villaseñor. Al fondo, de negro, Dante Elizalde, junto a Aleco Irarragorri, Alfonso Villalva, Guillermo Sampedro, Andrés Conesa y Javier Díez. | Á. G.

En primer plano, David Guerra e Israel Villaseñor. Al fondo, de negro, Dante Elizalde, junto a Aleco Irarragorri, Alfonso Villalva, Guillermo Sampedro, Andrés Conesa y Javier Díez. | Á. G. / A. Menéndez

El Molinón, que ha tragado muchos disgustos en los últimos años, evidenció ayer su desencanto. Pero ahora con el primer proyecto deportivo del Grupo Orlegi en el Sporting. Gran parte de la dirección del grupo mexicano se encontraba ayer en El Molinón, donde siguió un encuentro delicado. La casualidad quiso además que en el partido más difícil de la campaña estuviesen algunos de los mandamases de Orlegi Sports. A Martín Hollaender, Alfonso Villalva o Israel Villaseñor, tres ejecutivos de mucho peso en las decisiones del grupo y que llevan varios días en la ciudad, se sumó ayer el presidente ejecutivo de Santos Laguna, Dante Elizalde, un profesional que goza de la total confianza de Alejandro Irarragorri.

La presencia de algunos de los mandamases de Orlegi en Gijón ya estaba prevista. La delicada situación deportiva del equipo inquieta en el grupo mexicano. Pero no ha hecho variar la confianza en la posición de Miguel Ángel Ramírez como entrenador, quien tiene contrato en el club rojiblanco hasta junio de 2024. La dirección del Sporting observa con preocupación la clasificación, pero mantiene la calma y el crédito en el entrenador. MAR era el elegido para liderar el próximo proyecto. Se tiene en cuenta su determinación de aceptar el reto en enero, con una plantilla y equipo que no confeccionó. Los resultados, la desafección social con el equipo –testada de nuevo ayer– están produciendo un desgaste externo. Pero a nivel interno se mantiene la confianza y la cautela, confiando en que se remonte el vuelo. Salvo hecatombe, la reflexión se emplazará para el final de la campaña. Las dos derrotas consecutivas no han abierto un periodo de reflexión sobre la conveniencia de tomar decisiones drásticas. En la hoja de ruta inicial (en la que se trabaja desde el área deportiva) sí están previstos cambios estructurales. Pero en verano. En el Sporting existe la intención de remar en la misma dirección para terminar lo mejor posible una campaña donde se asume que no se han cumplido las expectativas. Eso pasa por remontar el vuelo, y amarrar la permanencia.

El Molinón, hastiado. La derrota ante el Mirandés agudizó la sensación de decepción que tiene gran parte de la afición rojiblanca, que había reseteado sus expectativas en verano esperando resultados deportivos inmediatos con el cambio de propiedad. También de malestar tras hacer un esfuerzo asumiendo una importante subida en los abonos. Durante momentos del encuentro, una parte importante de El Molinón evidenció su malestar con pitos y cánticos. La mayoría, a los jugadores. Aunque al finalizar el encuentro hubo algunas protestas dirigidas hacia el palco.

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