Entrevista | Adrián Núñez Presidente de Unipes

"El futuro de Unipes pasa por trabajar junto al área social del Sporting"

"El gran reto de mi sucesor es terminar de convencer a los no peñistas de que no somos un coco"

Adrián Núñez. | Marcos León

Adrián Núñez. | Marcos León / A. Menéndez Nombre APELLIDO

A. Menéndez

Adrián Núñez (La Felguera, 1985) repasa en esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA cuatro intensos años de gobierno en Unipes ahora que deja paso a una nueva directiva. De momento, el único candidato es Gustavo Alonso, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. 

–¿Es el fin de un ciclo?

–Son cuatro años de trabajo como presidente. Doce desde que se creó Unipes. Toca dejar paso. Miras atrás... Hemos hecho todo lo posible por los sportinguistas. Espero que así lo vea la mayoría. Más allá de las obligaciones estatutarias tocaba tomar algo de distancia con el club. Pero seguiré trabajando por los derechos de los aficionados en otros proyectos que surjan con el fútbol. Ahora iré a El Molinón solo a animar al Sporting.

–¿Cuál es el futuro de Unipes?

–Creo que hay muchos cambios por delante. El gran reto de quien me suceda será terminar de convencer a los no peñistas que las peñas no somos un coco, que trabajando todos juntos conseguiremos mejoras para los aficionados y el fútbol en general.

–¿Hay futuro para las peñas?

–El asociacionismo siempre tiene futuro en cualquier ámbito, y en el fútbol más. Lo que no tiene futuro es hacer las cosas como se hacían en 1970. Los tiempos son distintos para todos. Hasta para organizar un viaje. Antes te lo daban todo hecho. Ahora tienes una facilidad para sacar un hotel… El futuro de las peñas está en el trabajo con el Sporting en el área social. Y la otra gran pata es la defensa de los aficionados. Además de la parte lúdica, las peñas tendrán otra parte jurídica para que ir al fútbol no sea un riesgo.

–¿Alguna espina clavada?

–(Piensa) El tema del derbi. No haber conseguido que la afición sportinguista pueda viajar en las condiciones que ella decida y no que le impongan.

–¿Con qué se queda?

–He intentado hacer ver a los aficionados la necesidad de luchar por sus derechos, porque al final son sus derechos. Los problemas de seguridad mínimos que hay en el fútbol español no justifican todas las dificultades que se nos ponen y la criminalización preventiva.

–¿No conseguir trabajar de la mano de la Federación de Peñas Sportinguistas es otra espina?

–No diría una espina... Pero sí sería óptimo trabajar juntos. Pero si cada uno por su camino consigue fines similares, tampoco es una obligación.

–¿Cómo ha sido su relación con Jorge Guerrero?

–Con Jorge he tenido buena relación personal. Pero no hemos tenido relación de trabajo

–¿La fusión de los dos colectivos habría sido interesante?

–Podría haber sido positivo. Los intereses son los mismos. Sumar fuerzas puede ser a priori interesante. Pero habría que ver si más allá del papel es posible. Y si de verdad estamos en la misma onda, como deberíamos.

–¿Son reconciliables las posturas?

–Con las personas adecuadas, entiendo que sí.

–¿Han perdido peso las peñas?

–No creo que sea menos peso. Es inevitable que todo evolucione. Las peñas estaban realizando muchas tareas en exclusiva que le correspondían al club. Que la nueva directiva quiera que el Sporting tenga más peso es como debe ser.

–¿Han sido menospreciados?

–No. Soy de los que piensa que el Sporting adopta ahora unas responsabilidades que antes no tenían. El club necesita tener una relación de trabajo con las peñas y éstas necesitaban saber cuáles son funcionales de verdad para el momento que tenga que apoyarse en ellas para hacer cualquier actividad.

–Le ha tocado lidiar con un nuevo protocolo para las peñas, con medidas que causan debate.

–Hemos sido capaces de mostrar la realidad de algunas peñas. No de las que están en el centro de Asturias. Creo que el club lo ha entendido más que reajustar porcentajes. Han entendido algo tan simple como la geografía asturiana. El suroccidente de Asturias está más lejano de Gijón que León. Hay que entender eso para saber qué puedes exigir a los sportinguistas. Más allá de porcentajes. Era entender eso.

–¿Cómo ha sido su relación con Orlegi?

–Mi trato ha sido bueno, técnico. Los momentos de cambio siempre traen tensiones. Sobre todo, con cosas tan arraigadas como son las costumbres en el fútbol. Pero los tiempos evolucionan. El fútbol camina hacia la profesionalización mientras que los objetivos sean asumibles por todo. Ellos quieren tener a la masa social contenta. Se encontrarán puntos de encuentro. No hay otra alternativa más que entenderse.

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