La apuesta de Varane

Tras debutar en la Ligue 1, dejó Francia por el Sporting B | "Era una oportunidad de volver a empezar", asegura el medio galo

El once que jugó de inicio en El Plantío. Detrás, y por la izquierda, Cuéllar, Cali, Marsà, Insua y Varane. Delante, por la izquierda, Aitor, Pedro Díaz, Diego Sánchez, Guille Rosas, Juan Otero y Cristo. | Área 11

El once que jugó de inicio en El Plantío. Detrás, y por la izquierda, Cuéllar, Cali, Marsà, Insua y Varane. Delante, por la izquierda, Aitor, Pedro Díaz, Diego Sánchez, Guille Rosas, Juan Otero y Cristo. | Área 11 / A. Menéndez

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Jonathan Varane hizo las maletas para dejar todo a un lado: su familia, sus amigos, su casa... También su talla como futbolista en Francia, donde era toda una promesa del fútbol de su país natal. El 10 de diciembre de 2021 llegó a debutar con el Lens en la Ligue 1 de Francia. El fútbol, su pasión, le dio un último curso más delicado. El 2021-2022. Sobre todo, en los últimos seis meses, donde estuvo cedido en el Rodez AF, de la Ligue 2. En verano hizo una de esas apuestas de mucho, mucho, riesgo. Dejó a un lado su país para venirse a la quinta categoría del fútbol español, enrolándose en el Sporting B. "Era una oportunidad de volver a empezar", admitió el medio francés después de completar un estreno notable como titular en el Sporting en El Plantío. Ocho meses después (y muchos sacrificios) han bastado para confirmar que la apuesta ha sido un éxito.

En Mareo ya no solo sorprende su impacto en el equipo, con un protagonismo progresivo y siendo muy valorado tanto primero por Abelardo como después por MAR; también su capacidad para adaptarse. Su español es, de hecho, sorprendentemente fluido. Solo sabía palabras sueltas de su etapa en el colegio. Ahora habla con una destreza inusual para un extranjero. En el vestuario también ha caído de pie. Es muy cercano a Axel Bamba en el primer equipo y a Florentin Bloch en el segundo. En el club inciden en que ha tenido paciencia para esperar por su oportunidad. Hasta enero no pudo jugar por un error burocrático, que el club corrigió en el arranque de 2023 ante la insistencia del Pitu, enamorado de sus cualidades. En Burgos, Varane fue el ancla del equipo, aire. El sostén entre la defensa y la medular, haciendo una gran labor en ese doble pivote fuerte donde formó junto a José Marsà, ambos por detrás de Pedro Díaz. En Mareo tiene un año más de contrato en el filial, con dos más opcionales para el primer equipo. Pero a la chita callando ya se ha convertido en una de las grandes esperanzas del Sporting. "Tiene las condiciones necesarias para el fútbol moderno, con un gran físico y es bueno con balón", sostiene un reputado analista. Varane llega para quedarse.

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