Segunda División | Los equipos asturianos

En las raíces de Miguel Ángel: el entrenador del Sporting regresa a Las Palmas, la isla que le vio crecer

El club de la isla fue donde comenzó desde muy abajo e inició su carrera en los banquillos: "Será un partido especial"

Ramírez, cuarto por la izquierda, con el cuerpo técnico del cadete de la Unión Deportiva Las Palmas. | LNE

Ramírez, cuarto por la izquierda, con el cuerpo técnico del cadete de la Unión Deportiva Las Palmas. | LNE / A. Menéndez

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

"Vuelve donde comenzó todo. Donde puso el germen para lo que es hoy en día". Explica su "hermano", su mejor amigo, Héctor Quintana, lo que supone para Miguel Ángel Ramírez volver a la isla para enfrentarse a su Las Palmas. El club donde comenzó desde muy abajo a hacerse un hueco para convertirse en el entrenador que es hoy. Aquel adolescente arrubiado que con 18 años entró al benjamín del club para ser segundo de Paco Lemes terminó con los años siendo importante en el crecimiento de algunos de los pilares de este fenomenal equipo de García Pimienta que lucha por subir a Primera División: Sandro y Álex Suárez pasaron por sus manos en la etapa formativa y a Fabio lo llevó él al club.

El domingo, el entrenador del Sporting se mide ante su pasado. "Será uno de los partidos más especiales de su carrera", dicen sus amigos. Muchos años después de salir para buscar una oportunidad en el fútbol se enfrenta al equipo de su isla, al lugar donde soñó, adquirió sus primeras experiencias, y también conoció la otra cara. "Le tocó tragarse la concursal. Puso dinero de su bolsillo... Y siempre ayudaba a los jugadores", añade Quintana, que se convirtió en delegado para viajar con él por los rincones de las islas.

1. Miguel Ángel, en su etapa como profesor del Claret.  2. Ramírez, con Federico  Páez, exjugador de la UD Las Palmas. 3. MAR, junto a Félix Falcón, preparador físico.  4. Ramírez, cuando entrenaba al cadete del club canario. LNE

Miguel Ángel, en su etapa como profesor del Claret. / A. Menéndez

LA NUEVA ESPAÑA se adentra en los orígenes del técnico rojiblanco, que se enfrenta al duelo más especial de su carrera: un partido que vivirán con especial orgullo los suyos. Aquellos que le vieron crecer. Así empezó su aventura vital tras el balón. Antes tuvo otra vida. Una que le ayudó a convertirse en entrenador. "A Miguel le tiraba la música, pero comenzó a entrar en el fútbol como entrenador gracias a Loren. Con él, empezó en un equipo del Colegio Claret, donde ambos estudiaban", cuenta de nuevo Quintana. "Nuestras familias tienen relación. Vivíamos cerca. En el barrio de Arenales. Miguel era un chico sociable. Y, sobre todo, muy inquieto. Siempre tuvo más inquietudes que los demás; siempre quiso aprender: era muy activo en el colegio, en la parroquia, le gustaba la música. Y, claro, el fútbol", explica Loren Domínguez. La carrera de Miguel, el pequeño de tres hermanos, criado en el barrio de Los Arenales, en el centro de Las Palmas, tuvo varios saltos antes de acelerarse. Y una decisión entonces difícil, de mucho riesgo. Vivía en su isla. Era profesor. Pero todo cambió en julio de 2012.

Ramírez, cuarto por la izquierda, con el cuerpo técnico del cadete de la Unión Deportiva Las Palmas. | LNE

MAR, junto a Félix Falcón, preparador físico. / A. Menéndez

Miguel Ángel acaba de terminar una conversación importante. Descuelga el teléfono y hace una llamada que cambia para siempre su vida. Marca el teléfono de Ignacio Jiménez, el director del Colegio Claret, quien se encuentra esos días de vacaciones, en Barcelona. En el centro de Tamaraceite, –el que va desde Educación Primaria hasta Segundo de la ESO–, es tutor (primero y segundo de primaria) y profesor de educación física. Insultantemente joven, es uno de los profesores mejor valorados de uno de los centros escolares más importantes de Las Palmas. "Estaba muy integrado", señalan sus ex compañeros. Miguel Ángel traga saliva y arranca. "Nacho. Buenas... Lo he pensado mucho. Voy a dejar el centro. Estoy muy a gusto, pero quiero dedicarme al fútbol", le dice.

En las raíces de Miguel Ángel

Ramírez, con Federico Páez, exjugador de la UD Las Palmas. / A. Menéndez

"No me sorprendió su decisión. Le encantaba el fútbol", explica el director. Miguel intentaría justo después ganarse la vida con su gran pasión. Más de una década después, explican en el Claret, aquel joven, idealista, soñador, es entrenador en el fútbol profesional. "Miguel tiene una cosa muy buena: nunca ha perdido su humildad. Nunca ha cambiado pese a los éxitos deportivos que ha tenido. Cada vez que viene al colegio nos trae pasteles. Viene a vernos dos o tres veces por año. De hecho, ha dado alguna charla a los alumnos", cuenta el director del centro. "Era buen estudiante. No era un superdotado como estudiante, pero nunca tuvo problemas", dice Esteban Benítez, jefe de estudios, y su profesor de química en segundo de bachiller.

En las raíces de Miguel Ángel

Ramírez, cuando entrenaba al cadete del club canario. / A. Menéndez

"Era un gran profesor. Muy profesional. Estaba muy integrado con el resto de compañeros. Era muy responsable, como lo es ahora como entrenador. Nunca, ni una sola vez, un padre o una madre se quejaron de él. Los niños también estaban contentos. Además, estaba bien valorado en el centro. Y, sobre todo, era un grandísimo compañero", termina Nacho.

Suscríbete para seguir leyendo