Alejandro sigue los pasos de Lozano: la historia del canterano rojiblanco que puede debutar en Las Palmas

El hijo del exjugador del Sporting entra por primera vez en una lista de convocados 20 años después del último partido de su padre

Raúl Lozano, junto a su hijo, Alejandro, en Mareo, en 2009.

Raúl Lozano, junto a su hijo, Alejandro, en Mareo, en 2009. / LNE

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

En junio de 2003, Raúl Lozano disputaba su último partido como jugador del Sporting. Casi veinte años después, su único hijo, Alejandro (Almería, 2005), ha entrado por primera vez en una lista de convocados. El canterano rojiblanco es la gran novedad entre los 23 futbolistas desplazados por Miguel Ángel Ramírez para la visita esta noche a la Unión Deportiva Las Palmas. Su aparición viene a dar relevo al lesionado Jony en el extremo zurdo y tiene también mucho de premio. Su buena temporada en el filial y en el División de Honor le ha hecho ganarse participar en la dinámica del primer equipo en varias ocasiones y negociar una nueva vinculación para blindar su progresión en Mareo.

Nació en Almería, la ciudad donde su padre continuó su carrera tras finalizar su etapa como futbolista del Sporting. Sin embargo, sus primeros pasos con el balón fueron ya en Gijón. Alejandro se inició con poco más de 4 años en los equipos de la Escuela de Fútbol de Mareo, donde su zurda llamó la atención al mismo tiempo que empezaba a pulirse. De la Escuela pasó al benjamín del Sporting, cumpliendo todas las etapas del fútbol base rojiblanco. Lo hizo con la excepción de una sola campaña, en cadetes, el año en el que la familia se trasladó a vivir a Salamanca por razones laborales. Allí militó en el Santa Marta.

El último año ha sido quizá el de mayor progresión de Lozano. Después de hacer 17 goles en Liga Nacional con el juvenil B, el salto fue doble. Pasó a ser habitual del Sporting B, donde siendo juvenil de segundo año suma 4 goles en 21 partidos y se ha hecho con la titularidad en el extremo izquierdo. Puntualmente ha bajado con el División de Honor, siento uno de los que han tomado parte en el gran papel del conjunto de Isma Piñera en Copa del Rey.

Por la izquierda, Aitor, Insua, Alejandro Lozano, Miguel Ángel Ramírez, Cali, Aspra y Pol Valentín.

Por la izquierda, Aitor, Insua, Alejandro Lozano, Miguel Ángel Ramírez, Cali, Aspra y Pol Valentín. / ANGEL GONZALEZ

Es habitual ver en Mareo a Alejandro Lozano junto a su padre. Él, Raúl, se encarga de llevarle a diario a los entrenamientos. A él y a algún compañero más del filial. El "guaje" cumplió la mayoría de edad este año y se encuentra ahora preparando el examen de conducir. De momento, necesita chófer. Raúl es padre, agente y también quien se ha encargado en los últimos meses de esquivar los elogios y procurar que el joven jugador mantenga los pies en el suelo. Sabe de la importancia de manejar bien los tiempos en una edad clave para completar el salto al fútbol profesional. Esta noche será uno más animando al Sporting en la grada del Estadio Gran Canaria a la espera de si la entrada en la convocatoria puede traducirse también en un debut.

Si el perfil futbolístico de Alejandro el de un extremo zurdo, veloz y vertical, Raúl vivía más cómodo entre líneas, recibiendo de espaldas y finalizando. Llegó al Sporting para reforzar el filial en 1998, y acabó debutando en el primer equipo en diciembre de 1999, en la visita al filial del Atlético de Madrid. En cuatro campañas sumó 109 partidos oficiales y firmó 12 goles. Para el recuerdo queda la pareja que formó junto a David Villa. Se fue al Almería en 2003, pero fue un hasta luego.

Tras colgar las botas, Raúl Lozano retornó al Sporting en 2009 haciendo labores de ojeador. Después de la marcha de Emilio de Dios, asumió el cargo de secretario técnico, hasta 2016. Por el camino, fichajes relevantes como el de Scepovic y el ascenso de "los Guajes". Fue después director deportivo del Almería, ocupando más tarde otros cargos en el club andaluz. Ahora es parte de la agencia Interstar Deporte, además de procurar que Alejandro siga y mejore sus pasos.

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