La Mareona desafía a la maldición

Más de un centenar de rojiblancos animan ante la atenta mirada de Irarragorri

Por la izquierda, David Guerra, Joaquín Alonso, Alejandro Irarragorri y Laura Kalb, ayer, en el estadio de Gran Canaria. | RSG

Por la izquierda, David Guerra, Joaquín Alonso, Alejandro Irarragorri y Laura Kalb, ayer, en el estadio de Gran Canaria. | RSG / Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

19 años de maldición, de querer y no poder. Y la Mareona viajó ayer a Las Palmas con la esperanza de ver a su equipo ganar. Algo más de un centenar de sportinguistas se dieron cita en el Estadio Gran Canaria para intentar conseguir el primer triunfo en territorio amarillo en casi las últimas dos décadas. Unos eran ambiciosos desde el inicio, otros se conformaban con el empate y desde el palco, Alejandro Irarragorri, esperando ver en el verde aquello del «cuchillo entre los dientes». A su lado, su mujer, Laura Kalb, además de David Guerra, Joquín Alonso y José Riestra.

La visita a Las Palmas dio para alargar el fin de semana a muchos sportinguistas. Varias peñas programaron el desplazamiento. Fue el caso de la peña Ámbar, que llegó a la isla el viernes y apuró al máximo las horas de sol. «Hay que ganar», repetía en la previa Argelio Cernuda. Su grupo se sobrepuso hasta una avería en el autocar de camino al campo. Cambio de vehículo, y como postas para animar. Antes ya habían visitado al equipo en el hotel de concentración.

La peña Ferrerín de Cancienes también se dejó ver. Entre ellos, David Cortavitarte, era de los que «firmo el empate». Junto a él, Yeni García, Iván y Andrés Chichón, mucho más valientes: «1-2, como poco». Había más que tres puntos. Los dos hermanos se jugaron que David pagara una PlayStation si acertaban el resultado. Otra de las peñas que animó en el Gran Canaria fue la peña Isma. No estuvo sus relaciones públicas, Arturo Sánchez, pero envió pronóstico: 0-2. Lo dicho, antes de rodar el balón, todos esperanzados.

Tampoco se quisieron perder el partido los miembros de la nutrida peña sportinguista Vegadeo. Al frente de la expedición, su presidenta, Sonia Pasarín, dando ejemplo, una vez más, de ser una de los colectivos que más kilómetros recorren al año para seguir al Sporting. Otro que siempre está es Roberto Narváez. Por supuesto, también en Canarias.

Hubo también muchas familias exprimiendo días de descanso antes de Semana Santa. El matrimonio formado por Cristina Pablo y Víctor Artidiello llegaron desde Oviedo con los pequeños Enol y Hugo. No fue el de Canarias su primer viaje con el equipo gijonés. Los partidos de Copa, en Soria, y la visita al Tenerife ya congregó a varios miembros de la familia. Los niños, fans de Djuka, contagiaban optimismo a las puertas de la taquilla: «Sí, sí, ganamos, ¡claro!». El padre, confesaba mientras en voz baja: «Me parece que va a ser muy complicado». El césped, después, repartió méritos y puntos.

Kirian, de blanco, con Cristo, Aitor y Ramírez. | RSG

Víctor Artidiello, Cristina Pablo y los pequeños Enol y Hugo. / Ángel Cabranes

Por la izquierda, David Guerra, Joaquín Alonso, Alejandro Irarragorri y Laura Kalb, ayer, en el estadio de Gran Canaria. | RSG

La peña Vegadeo. / Ángel Cabranes

La Mareona desafía a la maldición

La peña Ámbar, con los jugadores del Sporting. / Ángel Cabranes

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David Cortavitarte, Yeni García, e Iván y David Chicón. / Ángel Cabranes

La Mareona desafía a la maldición

Roberto Narváez. / Ángel Cabranes

La Mareona desafía a la maldición

La peña Isma. / Ángel Cabranes

El Sporting, con Kirian en la visita a Barranco Seco

La Mareona desafía a la maldición

La Mareona desafía a la maldición / Ángel Cabranes

Antes del partido, durante la mañana del domingo, el Sporting realizó una suave sesión de entrenamiento en las instalaciones de Barranco Seco. Allí tuvieron la oportunidad de encontrarse con el jugador de Las Palmas Kirian Rodríguez. El futbolista se recupera de un linfoma de Hodgkin que le ha mantenido fuera de los terrenos de juego esta temporada. «¡Qué bueno volver a verte sobre el verde!», compartió el club rojiblanco en redes sociales con una foto en la que posaban Cristo, Aitor y Miguel Ángel Ramírez con el jugador de la Unión Deportiva Las Palmas. El día fue especial para el entrenador del Sporting, que regresó a la que fuera su casa.

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