Bert Jacobs, de maestro de Van Gaal y Ten Hag, a Gijón: la edición en español de su biografía repasa su intensa vida

"'Sporting, no futuro', me dijo cuando le destituyeron en 1993, lo clavó", recuerda Paulino Tuñón del desencanto del neerlandés cuando el club se transformó en SAD

Paulino Tuñón, junto a su perra Deva, ayer, leyendo la biografía de Bert Jacobs en el jardín de su domicilio. | M. León

Paulino Tuñón, junto a su perra Deva, ayer, leyendo la biografía de Bert Jacobs en el jardín de su domicilio. | M. León / Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

El paso de Bert Jacobs por Gijón fue breve, pero dejó huella. Lo cuentan los amigos y excompañeros del que fuera entrenador del Sporting en la temporada 1992-93. Se resume en la biografía del entrenador neerlandés, que acaba de editarse en español y da muestra de la intesa vida de un hombre que mamó de la revolución del fútbol iniciada por Rinus Michels en Países Bajos. Titulado "Bert Jacobs, la historia de un loco del buen fútbol", se puede adquirir ya a través de Amazon (17,50 euros, tapa blanda, y 22 euros, tapa dura).

Alejandro Irarragorri, con un ejemplar del libro, en Mareo. | Á. C.

Alejandro Irarragorri, con un ejemplar del libro, en Mareo. | Á. C. / Ángel Cabranes

Hay de Bert Jacobs un lado desconocido para muchos de los que le trataron en Gijón. Pocos sabían que en su etapa de futbolista llegó a ser compañero de Rinus Michels, o que mantuvo una estrecha relación con el Louis Van Gaal jugador, al que entrenó y dio el brazalete de capitán en el Sparta de Rotterdam. También dirigió a Erik Ten Hag en las filas del Waalwijk, sin saber que acabaría convirtiéndose en inspiración de quienes son ahora dos de los técnicos más respetados del fútbol europeo. Todo ese proceso, desde la infancia a su fallecimiento víctima del cáncer, se relata en su biografía.

Algunos ya vieron su talento mucho antes de que la trayectoria de Bert diera para un libro. Fue el caso de Paulino Tuñón, el hombre que fraguó su fichaje para el Sporting. "Era un fenómeno", recuerda el exdirectivo rojiblanco y cadetrático jubilado de Química Analítica. Fue precisamente "en un congreso de químicos, en Países Bajos, cuando aproveché para verme con él y firmarle. Entre tando científico llamó mucho la atención. El acuerdo, muy fácil". Inició una relación contractual, pero fue más intenso el vínculo personal. Hoy, en el jardín de Paulino, en el barrio gijonés de La Guía, siguen creciendo los tulipanes que allí plantó hace treinta años Mayka, la mujer de Bert. También el retrato en acuarela que ella pintó a Rocío, la hija que perdió Paulino con tan solo 12 años.

"Venía mucho a mi casa. También después de su marcha del Sporting. Nos veíamos aquí todos los veranos, hasta que falleció", cuenta Paulino con visible nostalgia. De su etapa como entrenador rojiblanco destaca que "fue desde el principio un hombre muy hablador, muy cercano, muy de relacionarse. Estaba muy encima de Iordanov y Juanele y organizaba unas tertulias tremendas en la sidrería El Cartero. Allí contaba alguna de las anécdotas que ahora aparecen en la biografía", apunta. Entre ellas, el día que robó la ropa de un general soviético, o vació un extintor en una concentración en Benidorm.

"Le decepcionó mucho cómo cambió todo con la transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva. Entró una nueva directiva, me fui y él ya no tuvo ni la misma relación ni el mismo peso en el club. Cuando le destituyeron se me quedó grabada una frase que me dijo: ‘Sporting, no futuro’. Lo clavó", lamenta Paulino de una etapa que ahora pretende cambiar Alejandro Irarragorri. El nuevo dueño del Sporting ya tiene la biografía de Bert.

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