El fin de una época en el Sporting: la marcha de Cuéllar y Jony deja al equipo sin representantes del último ascenso por primera vez en ocho años

Las dos bajas simbolizan el cierre definitivo de una etapa que el club rojiblanco aspira a renovar con nuevo dueño y diferente perfil de futbolistas

Jony, durante el entrenamiento de ayer.

Jony, durante el entrenamiento de ayer. / JUAN PLAZA

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Del ascenso de los guajes en 2015 solo queda en el Sporting el orgullo por el mérito de aquella campaña y algunos empleados, cada vez menos. En lo que respecta a los grandes protagonistas, la marcha de Cuéllar y Jony tras el partido de esta tarde en El Molinón ante la Ponferradina, el que cerrará la temporada 2022-23, dejará al equipo sin representantes de aquella hazaña por primera vez en ocho años. Estas dos bajas simbolizan el cierre definitivo de una época que el club rojiblanco aspira a recuperar con nuevo dueño y diferente perfil de jugadores. Antes, El Molinón tendrá la oportunidad de poder trasladar su cariño a los símbolos de las últimas grandes alegrías celebradas por el sportinguismo.

Cuéllar dirá adiós esta tarde al Sporting desde el verde. Será titular y superará así los 246 partidos disputados por Sion, situándose en la historia rojiblanca como el tercer portero con más participaciones oficiales, solamente superado por Ablanedo (458) y Castro (471). Sus números podrían haber estado incluso muy cerca de las dos leyendas del Sporting de haber continuado en el club tras el último descenso a Segunda, momento en el que salió al Leganés, donde militó durante cuatro temporadas. Con el conjunto pepinero volvió a enfrentarse a los rojiblancos en la categoría de plata, justo antes de su regreso a Gijón.

Cuéllar concluye su vinculación con el Sporting como capitán y con 39 años recién cumplidos. Lo hace dejando para el recuerdo numerosa paradas y un "Zamora", el conquistado en Segunda durante aquel ascenso en el que el conjunto rojiblanco batió varios registros históricos. El mismo en el que el camino a la portería estaba cerrado y la alegría en ataque llegaba muchas veces desde la banda izquierda gracias a la velocidad de un guaje de Cangas del Narcea.

El punto y final de Jony en el Sporting sucede con el sinsabor de no poder hacerlo como protagonista en el campo. El rojiblanco se convirtió en uno de los ídolos de la afición por sus tremendas galopadas en el último regreso a Primera y se fue después de firmar la permanencia de la máxima categoría sin que el club le presentara una renovación acorde a su importancia en el equipo. Firmó por el Málaga, desde donde regresó en el mercado invernal de la 2017-18 para participar en la última fase de ascenso a Primera. Él, que había prometido a Quini volver para llevar al conjunto gijonés a la máxima categoría, cumplió con su palabra hasta donde le dejaron. Lo hizo hasta en dos ocasiones más, la pasada campaña, y la actual, después de brillar en el Alavés y hacerse en un hueco en el Lazio. Las lesiones que empezaron a castigarle en Osasuna no dieron tregua en estas últimas dos campañas para su desesperación. Sin minutos desde la visita al Burgos, dejó este año un gol al más puro estilo Jony, ante el Villarreal B. Pocos podían imaginar que sería el último como rojiblanco. El último de lo que quedaba de aquel Sporting de los guajes.

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