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Algo está cambiando en el Sporting: remontada y otra victoria en el añadido para tumbar al Tenerife (2-1)

Gaspar e Insua dan la vuelta al tempranero tanto de Roberto López y amplían el pleno de triunfos rojiblancos en El Molinón

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Así fue el encuentro entre el Sporting y el Tenerife Juan Plaza

Algo está cambiando en el Sporting. Volvió a verse ante el Tenerife, con una nueva victoria en tiempo añadido para continuar con el pleno de triunfos en El Molinón. Los rojiblancos remontaron el tempranero tanto de Roberto López y se llevaron tres puntos merecidos por perseverancia y fe. Gaspar igualó antes del descanso e Insua desató la locura para revolucionar a una afición volcada hasta el final. Hubo tiempo hasta la polémica, con un gol anulado a Djuka que no evitó lo que antes tanta costaba, remontar. La confianza, al fin, subiendo.

2
Sporting
1
Tenerife
0-1, min. 13: Roberto López; 1-1, min. 21: Gaspar y 2-1, min. 92: Insua
Sporting
Yáñez (1); Pascanu (1), Insua(3), R. Pier (s.c.), José Ángel (3); Hassan (2), Nacho Méndez (1), Nacho Martín (1), Gaspar (2); Djuka (1), Otero (1)
Cambios

Cali Izquierdoz (2) por R. Pier, min. 17; Varane (1) por Nacho Martín, min. 56; Queipo (1) por Gaspar, min. 56; Fran Villalba (1) por Hassan, min. 78 y Roque Mesa (1) por Nacho Méndez, min. 78 y Luismi Cruz por Sergio González, min. 88.

Tenerife
Juan Soriano(1); Mellot (1), León (1), Loïc (1), Nacho (1); Sergio González (2), Corredera (2); Waldo Rubio (1), Roberto López (2), Mo Dauda (1); Enric Gallego(1)
Cambios

Bodiger (1) por Roberto López, min. 57; Elady (1) por Mo Dauda, min. 57; Teto (1) por Waldo, min. 67; Medrano (1) por Nacho, min. 67 y Luismi Cruz (s.c.) por Sergio González, min. 88.

Árbitro: Milla Alvéndiz (C. Andaluz). Amonestó a los locales Nacho Méndez, Insua y a los visitantes Mo Dauda, Mellot, Roberto López, Elady, Loïc
El Molinón Enrique Castro Quini: 15.792 espectadores, según datos oficiales. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Pablo Torroba y Yeray Marqués, jugadores del Urraca fallecidos en accidente de tráfico; el comunicador Pepe Domingo Castaño; las víctimas del terremoto de Marruecos y las de las inundaciones en Libia.

Se lo merecía el Sporting y como sucedió ante el Burgos, lo acabó consiguiendo. La primera parte devolvió todo lo reservado en el derbi. Miguel Ángel Ramírez salió con los dos puntas de siempre en casa y el equipo fue otro. Atrevido, con ganas de tener el balón y tejer en el medio. Nada de racanerías. Tanta gana había de regate y desborde, que Hassan era jaleado para buscar las cosquillas a su marcador. Aunque luego todo terminase en nada. La brecha se abrió primero en favor del Tenerife. Con un Sporting mermado atrás por la tempranera lesión de Rober Pier tras un pisotón de Enric Gallego, el gallego intentó continuar medio cojeando y los chicharreros acabaron encontrando por dónde colarse. Fue en un centro atrás rematado a la cepa del palo por Roberto López. Al tanto le sucedió el cambio, con Cali relevando a Pier y disputando sus primeros minutos esta temporada. No iba ni un cuarto de hora, había que retocar el plan inicial y el marcador era adverso. No se vino abajo el conjunto rojiblanco. Al contrario.

El Molinón celebró el empate cinco minutos después del tanto visitante, pero el árbitro anuló el gol de Djuka por manos en un forcejeo a saque de esquina remachado desde el suelo por el siempre peleón delantero. La decisión, muy protestada, la acabó respaldando el VAR. Enfado mayúsculo de jugadores y grada. Mayor empuje en busca de la igualada. Llegó en una trabajada acción, con la pelota moviéndose de lado a lado hasta tumbar a uno de los mejores equipos a nivel defensivo de la categoría. Fue con José Ángel buscando el centro chut desde la izquierda y Gaspar empujando en el balcón del área pequeña. Esta vez, las protestas vinieron de los visitantes, al reclamar falta previa a Mo Dauda. 

Al Sporting parecía empezar a salirle el plan previsto. Nacho Méndez, emparejado permanentemente con Corredera, en ataque y en defensa, acababa siempre encontrando el apoyo de Nacho Martín para generar superioridades, mientras Gaspar castigaba a base de diagonales la espalda de otro Nacho, el lateral del Tenerife. Insistió en la idea el equipo de Ramírez, pero nada se movió hasta el descanso.

Entró bien el equipo en la segunda parte. A los diez minutos de la reanudación, más cambios. Queipo y Varane, por Gaspar y Nacho Martín. Y réplica visitante. La aparición de Bodiger acabó con Sergio González incrustándose en la defensa. Zaga de cinco. Asier Garitano se olía el peligro. Tuvo el segundo el Sporting poco después en una buena internada en velocidad de Hassan. Su centro con el exterior no llegó a empujarlo, porque era solo empujarlo, Djuka. Sí Queipo, pero ya prácticamente sin ángulo. Se sentía fuerte el equipo rojiblanco. Mandaba. Parecía jugarse a lo que él quería. 

Volvió a acariciar el gol el conjunto gijonés después de que Hassan provocara una falta en la frontal y José Ángel dejara temblando el larguero. Gran disparo del de Roces, desviado lo justo por la barrera tinerfeñista. Lo siguió buscando el Sporting intentando ensanchar el campo, buscando el furaco en los costados de un ordenado Tenerife. A falta de un cuarto de hora para los noventa reglamentarios, Ramírez llamó a Fran Villalba y a Roque Mesa. Este último, debutando en El Molinón. Fórmula canariona para superar el muro chicharrero.

El partido entró en los últimos diez minutos con más interrupciones y trompicones, que juego. El Sporting parecía salir de donde estaba a gusto. Volvió a la carga el rival. Rompió el Tenerife la defensa de cinco en los compases finales, con la entrada de Luismi Cruz por Sergio González. Toma y daca. Enganchó un contragolpe Djuka, frenado por Loïc, a quien el árbitro perdonó la segunda amarilla, y el partido entró en siete minutos de añadido con los dos equipos buscando un despiste rival. Lo encontró Insua empujado por un Molinón tan creyente como su equipo. Fue en otro balón de oro de José Ángel. Sacó de esquina el gijonés y apareció el gallego en el corazón del área para cabecear como los delanteros caros. Giró el cuello para conectar y pegarla a la cepa del palo. El premio, para quien más lo buscó. El Molinón, botando con el pitido final. La alegría ha vuelto a Gijón porque en su campos solo se sabe ganar.

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