El Sporting se levanta contra todo: empate (1-1) en Anduva con polémica
Los rojiblancos se llevaron un punto de Miranda tras dar la vuelta a un partido marcado por el papel de Moreno Aragón
El Sporting se levantó en Anduva. Ya no fue una cuestión del botín. Al fin y al cabo, un empate es un empate (1-1). Y la dinámica, corta, uno de nueve. Pero el conjunto gijonés volvió a ser el de Albés. Aquel equipo valiente que durante un buen puñado de jornadas residía en las posiciones de lujo. La escalada llegó además tras el descanso tras una primera parte de lo más pobre. Y además hubo que saltar varias montañas: polémicas arbitrales, decisiones cuestionables de Moreno Aragón… Pero el gol de Pier, a lo Alexanco, al menos maquilló un encuentro donde los gijoneses merecieron regresar a casa con tres puntos. Al menos se llevan una mejora de autoestima. Y la confirmación de que si el conjunto recupera su nivel, compite ante cualquier rival. También ante este Mirandés dispuesto a plantar batalla a los presupuestos más osados. Rival duro, también frente al Sporting.
Albés cambió al equipo de arriba abajo para salir del bache y olvidar los disgustos recientes frente a dos modestos, Cartagena y Racing de Ferrol. Se dispuso incluso a dar una oportunidad a varios inhabituales que buscan felicidad ahora en Navidad: de repente aparecieron varios jugadores hasta ahora secundarios como Curbelo, Kevin, Bernal y Caicedo. Y el conjunto se cimentó con más piernas por dentro: Olaetxea regresó a la posición de tercer central al tiempo que Bernal, Méndez y Gelabert ocupaban la zona ancha. El sistema liberaba a Pablo García, sin nadie por delante, pero escondía a Dubasin. Jugaba encorsetado en la banda, casi como un interior, lejísimos de su hábitat, el área. Caicedo era una isla Tenía que batallar contra todos –frente a los tres centrales del Mirandés-. Quizá mermado de confianza o también afectado por el carrusel de cambios, salió el Sporting a verlas venir. El Mirandés era un conjunto más firme y sólido. Pero el partido estaba igualmente gris. Así se llegó a una jugada que llevó a Anduva al límite. Un choque tremendo, atroz. Curbelo y Panichelli impactaron con todo en el aire. El contacto fue tan duro que el goleador del Mirandés acabó grogui en el suelo. Conmocionado. El mundo se detuvo en Anduva. Cada segundo duraba una vida. Panichelli convulsionó. Aquellos jugadores que vieron de cerca al delantero se echaban las manos a la cabeza. Otros alertaban con urgencia la actuación de los sanitarios. Una ambulancia invadió tres cuartos del campo de Anduva para evacuar de allí al atacante. Se fue del campo consciente, directo al hospital. Pero el susto en el cuerpo fue mayúsculo. Mientras dejaba Anduva Panicheli, Moreno Aragón se iba al monitor a revisar una acción que en directo pasó desapercibida. El VAR avisó al colegiado que en un centro mordido de Julio había pegado en la mano de Kevin. El juez principal decretó penalti en medio de una sensación de confusión tremenda. Y así se adelantaron los locales, por medio de Lachuer.

El partido entre el Mirandés y el Sporting (en imágenes) / Área 11
El Sporting se vio obligado a espabilar. De golpe. Y en cierta manera el equipo se estiró. Comenzaban a asomar más en campo rival los muchachos de Albés. No era una oda al fútbol. Pero sí se apreciaba más entusiasmo. Justo al filo del descanso, en una de las incursiones de Pier, se pidió mano. Pero nadie alistó nada. Y el mosqueo en el banquillo visitante iba en aumento.
Algo debió decir Albés a los suyos a descanso que tras la reanudación la imagen fue antagónica. Los gijoneses salieron al verde con la ambición y el juego de antaño. Dubasin ya no era un centrocampista, sino que pasó a ser el escudero de Caicedo. Y Fernández irrumpió para sostener a su equipo. Sacó manos donde había goles: una a Caicedo, otra a Duba… En su único descuido, pareció derribar al pingüino. En una acción que parecía ya muerta, Duba estiró el pie y el meta rojillo le rozó con el cuerpo para mandarlo al suelo. El enfado era ya mayúsculo. Pero a los de Albés les dio gasolina. Los rojiblancos fueron rebeldes y se lanzaron a por el empate. Caicedo tuvo otra tras una peinada de Pier. De por medio, Parada y Roca casi finiquitan el encuentro a la contra. Pero no era justo. Y la justicia a veces –pocas- asoma en este deporte. Así, Pier, sospechoso en el peor momento del proyecto, apareció dentro del área para convertir las que antes erró Caicedo. El goleador apareció en la zaga. Pero antes, incertidumbre. En directo, Moreno Aragón invalidó el tanto al interpretar que la acción venía precedida de una mano de Nacho Martín. Tuvo que volver a llamarle Gorostegui Fernández para hacerle ver que el gol era legal. El empate dejó el partido muy abierto. El resultado no satisfacía la ansiedad del Sporting. Pero tampoco contentaba ya a los de Lisci, que habían aguantado más de media hora en el límite. Albés mandó arriba a los suyos: Gaspar, Campuzano… Hubo ocasiones. Y llegadas. Pero faltó acierto. Y sin inspiración, el empate fue el botín que se llevó un valiente Sporting en Anduva.
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