El Sporting sigue negado con la victoria: el Elche empata a dos del final y el palo evita el triunfo en el añadido
Un peleón conjunto rojiblanco encadena su sexto partido sin ganar tras adelantarse a través de Guille y disponer de las mejores ocasiones
Peleón, vertical, ambicioso en la búsqueda de un segundo gol tras hacer el primero. Volvió el Sporting visto tantas otras veces en la primera vuelta, pero no alcanzó para tumbar a un Elche que salvó los muebles a dos minutos del final. Guille Rosas adelantó a los rojiblancos pasada la media hora de juego para hacer del contragolpe una constante, mientras los ilicitanos aprovecharon una de las pocas de la segunda parte para empatar cuando El Molinón ya saboreaba el triunfo tras cinco jornadas sin ganar. Pudo hacer el segundo Nacho Martín y estrelló otra en el palo Campuzano en el tiempo añadido. Dio para lo que dio y el punto no saca de pobre a un Sporting lejos del ritmo de puntuación para acabar arriba.
Alegre, presionando en área rival y sin rastro de esa pesada mochila en forma de cinco jornadas sin victorias. El Sporting salió a El Molinón con la mejor de sus versiones ante un Elche al que le tenía especiales ganas. Tanto en el campo como en el banquillo. Al menos, esa fue la sensación desde unos primeros minutos abiertos con susto, y no precisamente por ver a uno de los únicos dos centrales disponibles Róber Pier, echarse la mano al muslo, en un tobogán de sensaciones previas al gol de Guille Rosas superada la media hora. Fueron los visitantes, sin embargo, los primeros en adelantarse en el marcador en una acción a balón parado. Un balón colgado terminó en el segundo palo tras acrobático recurso de Affengruber para sacar el tacón. Yago remató a la red y los ilicitanos celebraron el tanto hasta que, segundos después, el aviso desde VAR hizo a Cid Camacho anular el tanto que había dado por válido. No hubo necesidad de pasar por el monitor. Claro.
El golpe, pese a no subir al marcador, sí pareció afectar al Sporting. En su versión más vertical, con Olaetxea viviendo entre centrales y convertido en un quinto defensa sin balón, y Nacho Méndez sin acierto con balón, el equipo tardó en volver a encontrar espacios. El Elche dio un paso más y se hizo poseedor del balón. No por mucho tiempo. Despertó el equipo de Rubén Albes superados los veinticinco de juego y se notó enseguida. Otero se topó primero con Dituro en un gran balón de Dubasin entre líneas mientras la tensión en la banda crecía. Eder Sarabia, recibido con El Molinón de uñas por sus desagradables palabras a Rubén Albés en la primera vuelta, se picaba con un Guille Rosas cuando el gijonés intentaba ralentizar cada saque rival que le pillaba fuera de sitio. Defendió al rojiblanco la Tribunona, haciendo sentir al vizcaíno su condición de visitante. También el entrenador del Sporting, quien encontró réplica en el delegado de los ilicitanos, solicitando al cuarto árbitro que tomara medidas con las protestas del Sporting. Y tú, más. Un espectáculo divertido por momentos.
Las miradas volvieron pronto al terreno de juego cuando un balón colgado al área del Elche acabó aprovechado por los dos más listos de la clase. Nacho Méndez perdió el duelo aéreo, Queipo peleó por hacerse con el balón muerto y Duba y Guille se asociaron como tantas otras veces. El “Pingüino” esperó lo justo a la llegada desde segunda línea del gijonés, quien aprovechó el pase para mandar para poner el interior y mandar para dentro el balón. Iban treinta y siete de partido y el Sporting tomaba ventaja con el empuje de un Molinón que protestaba cada falta en contra pitada por el árbitro, riguroso con los rojiblancos en más de una ocasión. No tanto con el banquillo, acabando Albés viendo la amarilla mientras alguna sonrisa aparecía entre el cuerpo técnico visitante. La mayor de las sonrisas se la lució el Sporting al alcanzar el descanso por delante en una primera parte de pocas ocasiones y mayor rentabilidad.
La segunda parte se inició sin cambios y con más de lo mismo: dos equipos atrevidos, a su manera, presionando muy arriba y al acecho del error rival. Fue el comienzo un monólogo con balón de los ilicitanos durante casi diez minutos. Le dio para encadenar saques de esquina y encerrar en su área a un Sporting que puso a todo el banquillo a calentar. Entendió el equipo que, o mordía de nuevo, o se le escapaba el partido. La siguiente estirada rojiblanca volvió a tener a Guille llegando desde atrás y buscando, con menos precisión y con el exterior, el palo largo. La sensación era la de un partido aún muy abierto, con dos equipos que iban a tener por delante situaciones para todo.
Con la entrada de Nacho Martín por Queipo, lo que derivó en Gelabert adaptado al costado izquierdo, el Sporting inició la renovación de piezas mientras trataba de explotar cada contra. Acarició el segundo en un saque de esquina botado por Cote y cabeceado por Otero. Se fue lamiendo el palo. Estuvo a tope el colombiano, como avisó durante la semana. Hasta aplazó Albés la entrada de Campuzano cuando mediada la segunda parte ya se preparaba para entrar el hombre que mejor aprovecha sus minutos.
Cada vez que recuperaba el balón, el Elche seguía agitando de lado a lado a un Sporting intenso y vertical, sin ánimo de ceder metros ni meterse en su campo aunque la situación lo exigiera. Fue eso, su ímpetu por hacer el segundo lo que mantuvo a raya hasta el final a su rival. Hasta casi el final. A dos de los noventa reglamentarios, un balón al segundo palo lo metió atrás Álvaro Núñez para que el recién incorporado Canario Álvarez hiciera el empate. El noveno partido invicto de los ilicitanos en Liga acabó con Nacho Martín perdonando una clara en el área, el visitante Rashani viendo la roja al detener una contra y Campuzano enviando al palo la última, literalmente, bola en juego. A la espera de novedades en el mercado, como diría Maceda, ye lo que hay.
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