SEGUNDA DIVISIÓN | Los equipos asturianos

La intrahistoria de la conexión entre Nico y Dotor: de conocerse fortuitamente en Mareo a reventar El Molinón

Los refuerzos invernales exhiben complicidad para devolver al Sporting a la victoria / La intensa bienvenida al extremo navarro, similar al regreso de Jony en 2018

Nico y Dotor celebran el segundo gol ante el Burgos.

Nico y Dotor celebran el segundo gol ante el Burgos. / Marcos León

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Uno lleva el dorsal "12", Dotor. Otro ,el "21", Nico Serrano. Estaban destinados a encajar. Tanto, que Dotor fue el primer futbolista que conoció Nico en Mareo. La complicidad continuó en la concentración previa y durante el partido. Rodó el balón y se sentaron juntos en el banquillo, coincidiendo después, codo con codo, en el calentamiento. Nico entró en el minuto 70, Dotor, en el 76. Siete fue lo que le hicieron al Burgos y lo que tardaron en cocinar la sentencia, la vuelta a la victoria dos meses después.

Nico Serrano llegó a Mareo para acabar de firmar su contrato y vestirse de rojiblanco en la tarde del pasado viernes. Se encontró, nada más entrar al vestuario, con Dotor. No había nadie más. Este último venía de hacerse las fotos oficiales para los medios del club, que habían quedado pendientes. Le tocaba el turno al navarro. Saludo, charla y primer contacto. Al día siguiente, hicieron migas. Seis horas fue el tiempo que tuvieron Nico Serrano y Dotor para conocerse un poco más. Ratos libres entre la llegada al hotel de concentración, la charla de Albes y la comida antes de tomar rumbo a El Molinón en autocar. Era un día importante para el Sporting por terminar con la racha negativa. También para ellos. Dotor ya había tenido minutos en Granada, pero el primer día en El Molinón marca. Más si, como él, llegas desde el eterno rival. Dubasin le había allanado el camino. Lo de Nico fue todo un poco más atropellado, tras llegar a Gjón el viernes y poder debutar 24 horas después. Además, con el añadido de acabar de recuperarse de la gastroenteritis que le había debilitado en los días prervios. Pudieron las ganas.

De los dos, Nico Serrano se encontró en Gijón lo que posiblemente no se veía desde la vuelta de Jony al Sporting en 2018. Entonces, el regreso de uno de los guajes del último ascenso fue un chute tremendo para la afición y provocó un espectacular recibimiento en su primer partido en El Molinón, ante el Alcorcón. Seguramente no alcanzó tantos decibelios, pero la cerrada ovación dedicada al extremo navarro cuando sustiyó a Campuzano impresionó al propio futbolista, un desconocido para el público en general en comparación con Jony. Simbolizó las ganas que tiene el sportinguismo de ilusionarse.

Lo siguiente fue ver a Nico ganar línea de fondo, centrar atrás, y aparecer Dotor en velocidad para hacer el 2-0 y finiquitar al Burgos. Se cayó El Molinón, pero hubo cuatro personas que lo vivieron de manera especial. Lo celebraron a lo grande los dos amigos llegados desde Bilbao para animar en su estreno a Nico. Festejaron, como hacía tiempo, los padres de Dotor, la madre incluso con bufanda del Sporting al cuello. Hubo hasta foto junto al protagonista en el césped, tras el partido. Fue un debut inolvidable, una conexión para la locura sportinguista.

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