Los 95 años del exjugador rojiblanco José Prendes: "Volvería a jugar en el Sporting en todas mis vidas"

El decano de los exfutbolistas rojiblancos cumple años en plena forma: va a al gimnasio para "moverse un poco", no falla al vermú y ve "falto de ataque" al equipo

José Prendes con los globos de 95 en el jardín de la residencia San Pedro de Gijón

José Prendes con los globos de 95 en el jardín de la residencia San Pedro de Gijón / María Rendueles

Gijón

José Prendes, bastón en mano, sube y baja las escaleras de la Residencia San Pedro con la misma vitalidad con la que este martes celebrará sus 95 años: "Lo hice todo en la vida". La misma vitalidad con la que este histórico exfutbolista del Sporting hacía vibrar a El Molinón.

Su rutina diaria es sagrada. "Me gusta la rutina", confiesa. Nada más levantarse, desayuna leyendo los dos periódicos asturianos. Luego, sin falta, baja al gimnasio de la residencia de 10 a 11. "Para moverse un poco", dice con humildad de futbolista que nunca aprendió a estarse quieto. Cuando le comentamos que le hemos robado un rato de su tiempo para la entrevista, sonríe: "De vez en cuando no está mal hacer un descanso".

A las 11:45 ya está listo para salir a la calle. Su Martini de color de la mañana es un ritual inquebrantable. "Normalmente, uno, pero a veces me permito el lujo de que sean dos", dice con una sonrisa pícara. En su bar de siempre, no hace falta que pida: "Ellos ya saben lo que quiero". Es su momento de socializar. "En la residencia hay pocas personas con las que pueda hablar. Con los trabajadores sí, pero con mis compañeros… Ya es otra cosa".

La comida es a la una en punto. Luego, toca la siesta, media hora justa, para que la tarde no se haga tan larga. Los lunes recibe la visita de una de sus sobrina, Lola, una de las muchas que forman parte de su vida. No tuvo hijos, pero sí siete sobrinos y sobrinas con los que mantiene un vínculo estrecho. Fiel a la tradición, los fines de semana sale los sábados con su sobrina Lucía y los domingos con Lorena, a tomar ese vermú que, a veces, se alarga más de lo previsto. "Aprovechamos para comer fuera", cuenta Prendes.

Desde hace dos años, la ausencia de Mariángeles Meana, su esposa con la que pasó toda su vida, pesa en la rutina de Prendes. Vivían juntos en la residencia y compartieron una historia de amor sin grandes discursos, pero con una complicidad inquebrantable. "No tuvimos hijos porque nunca surgió la conversación", dice sin dramatismos. "Si los hubiésemos tenido, bienvenidos, pero nunca los echamos en falta". Lo que sí hicieron fue aprovechar cada momento. "Cuando íbamos a Tenerife, por ejemplo, para nosotros, esos viajes eran como una luna de miel eterna".

A sus 95 años, Prendes no arrastra arrepentimientos. "Lo hice todo en la vida, lo pasé bien". Aunque, con una sonrisa traviesa, reconoce: "Hubiese comido y bebido menos". Pero enseguida se corrige: "pero bueno, no me fue tan mal". De lo que no duda ni un segundo es de su amor por el Sporting. "Volvería a ser jugador, volvería a jugar en el Sporting en todas mis vidas", afirma con melancolía. Y cuando se le pregunta por el equipo actual, no se muerde la lengua: "Cambiaría muchas cosas de ahora. De defensa no vamos tan mal, pero nos falta ataque, meter más balones en el área rival".

José Prendes en el jardín de su residencia con globos por su 95 cumpleaños

José Prendes en el jardín de su residencia con globos por su 95 cumpleaños / María Rendueles

Hace dos años fue por última vez a El Molinón. "Prefiero verlo en casa. Veo y oigo regular, y de cadera… no estoy muy ágil", confiesa. Se operó hace dos años de la cadera, aunque no sin dudas. "No quería hacerlo porque ya era mayor, pero he mejorado mucho desde la operación", dice, y suelta el bastón para demostrarlo. También pasó por quirófano debido a un cáncer de laringe, que ahora le afecta al habla, pero eso no le impide seguir con su vida.

Afronta su cumpleaños con una tranquilidad envidiable. "Estoy encantado con cómo estoy" confirma el delantero. Cuenta, entre risas, que su fecha de nacimiento oficial no coincide con la real. "En aquella época, se registraba a los niños cuando se podía. A mí me inscribieron el 21 de febrero, pero nací el 18". Y así es como aparece en el registro de Candás.

Cuando se le pregunta qué le gustaría que la gente supiera de él, lo tiene claro: "Nada. Siempre me ha gustado la privacidad". Y se ríe al darse cuenta de que "ahora me hacen más entrevistas que antes", ya que desde noviembre de 2022, es el decano del Sporting. Defendió la camiseta rojiblanca entre 1948 y 1957, con 177 partidos oficiales y 90 goles. Números que lo convirtieron en un referente de su tiempo.

Bromea sobre el futuro: "Mi futuro son los vermuts de la semana y, en algún momento, cambiar de residencia". Pero lo dice con ironía, porque lo que de verdad importa es el legado que deja. En el Sporting, en Gijón y en su familia, José Prendes sigue siendo parte del equipo. Y que lo sea por muchos años más.

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