SEGUNDA DIVISIÓN | Los equipos asturianos

De vocación entrenador: "Con 20 años me fijaba en el juego", cuenta Jorge Fernández

"Mi espina clavada ha sido no tocar el fútbol profesional, pero igual lo consigo en los banquillos; que hayan pensado en mí es una oportunidad", celebra Jorge, exjugador y ahora en el cuerpo técnico del Sporting Atlético

Jorge Fernández, histórico del fútbol asturiano, ha colgado las botas para pasar a formar parte del cuerpo técnico del Sporting Atlético.

Jorge Fernández, histórico del fútbol asturiano, ha colgado las botas para pasar a formar parte del cuerpo técnico del Sporting Atlético. / Marcos León

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Gijón

"Mi espina clavada ha sido no tocar el fútbol profesional. Pero, oye, igual lo consigo en los banquillos, ¿quién sabe? Estoy contento con la carrera que he tenido como jugador". Jorge Fernández sale de uno de los edificios de la Escuela de Fútbol de Mareo. Luce una chaqueta roja, prenda del Sporting, el equipo que le ha permitido dar un paso de gigante en su carrera. El corverano ha decidido colgar las botas para formar parte del cuerpo técnico del Aitor Zulaika, técnico del Sporting Atlético. "Le di muchas vueltas. No ha sido algo sencillo, pero lo he hecho pensando en el medio-largo plazo y creo que es una buena decisión", explica a LA NUEVA ESPAÑA el que fuera centrocampista de equipos como el Avilés o el Lealtad. Un histórico del fútbol asturiano que ahora se centra en pulir a los diamantes sportinguistas.

El paso a los banquillos no fue algo que Fernández tuviese en mente, por lo menos en este momento vital. "Siempre me había imaginado jugar hasta los 40, pero son cosas que pasan en la vida. A veces hay que tomar decisiones y creo que esto es lo mejor", confiesa. Todo llegó tras la decisión de Nacho Cases de entrar dentro del mundo de la enseñanza. "Me comunicaron que habían pensado en mí para sustituirle. Lo pensé unos días y al final tomé la decisión", apunta el corverano. "Esta es una oportunidad muy buena. Llevo muy poco en los banquillos y que el club haya pensado en mí me demuestra mucha confianza", señala.

"Recuerdo cuando estaba en el Zaragoza, con 20 años o así, me empezó a llamar la atención el juego. Quería entenderlo. En aquella época era el ‘boom’ del Barcelona de Guardiola. Fue el germen de todo", relata el centrocampista que, a pesar de la juventud que tenía entonces, decidió empezar a curiosear sobre el tema de pasar a los banquillos. "Ahí fue cuando más fútbol me puse a ver, leía entrevistas con entrenadores… Y cuando fiché por el Zamora decidí empezar con los cursos de entrenador", comenta.

Eso sí, antes de dar el salto a los banquillos, Jorge tuvo una dilatada carrera como futbolista. Empezó en Los Campos, en Corvera, para luego pasar por las categorías inferiores de Oviedo, Avilés y Sporting. Su primer año con los mayores fue en el Caudal, aunque luego se fue al filial del Zaragoza. Tras otra temporada en el Hermanos Antuña, fichó por el Lealtad, donde es una leyenda. "Para mí es un club que tiene algo especial. No sabría definirlo, lo he hablado muchas veces, pero hay algo que los hace diferentes", explica. Además, en su etapa como jugador maliayo conoció a la que ahora es su pareja.

Allí no llegó a vivir ningún ascenso, pero recuerda con cariño una salvación milagrosa. "En la primera vuelta de aquella temporada estábamos desahuciados. Nadie pensaba que era posible. Hicimos una segunda parte de temporada de play-off y nos salvamos en la última jornada. Ese día fue muy feliz", recuerda. Por desgracia, no pudo celebrar en exceso, ya que se estaba recuperando de una lesión en el cruzado. "Uno de los días que tengo más marcados de mi carrera fue cuando volví de esa lesión en un partido contra el Tudelano. Era muy joven y no tenía nada claro que fuese a volver a los terrenos de juego", afirma.

Tras cuatro años en el Lealtad, con un paso intermedio por el Burgos, Fernández jugó en el Calahorra, Pontevedra y Zamora antes de llegar a uno de los estadios que ha marcado su carrera, el Suárez Puerta.

"El Avilés siempre fue una posibilidad que tuve a lo largo de mi carrera, pero nunca se llegó a cerrar hasta el 2022. Era el momento idóneo, porque, si fuese en otra época, pues igual hubiese salido de otra manera, pero creo que fue el momento perfecto para las dos partes", detalla el centrocampista, que no duda a la hora de escoger su mejor recuerdo con la camiseta blanquiazul. "Esa final con el Granada B… Pero no me quedo con el partido, me quedo con el día siguiente, cuando fuimos a despedirnos. Salir del túnel de vestuarios y ver el campo después de todo lo que ocurrió ese día me dio mucha pena", revela. Como pasó con el Lealtad, es algo que le deja un regusto agridulce.

"Si echo la vista atrás, estoy muy contento con mi carrera. He tenido la suerte de estar en grandes equipos y dejar un buen recuerdo. Me hubiese gustado tocar el fútbol profesional, como a todo el mundo, pero sé que es algo muy difícil. Estoy muy orgulloso de mi vida en el fútbol", sentencia Fernández. Ahora intenta abrirse paso en el mundo de los banquillos junto a Aitor ZulaIka, y quien sabe si como entrenador pueda cumplir el sueño que tuvo como futbolista. "Ojalá me vaya igual de bien que como jugando, lo firmaría ahora", bromea. Las joyas de Mareo tienen un gran espejo en el que mirarse.

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