El adiós a Abel, leyenda del Sporting: gestas y números de "uno de los grandes, aunque infravalorado"

Marcó un hat-trick al Real Madrid en el Bernabéu en cuartos de la Copa y es el quinto máximo goleador en la historia del club en Primera División

Abel Díez.

Abel Díez. / LNE

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Gijón

"Quizá de cara hacia afuera se le ha infravalorado. Pero hacia dentro se le valoraba muchísimo. Para aquel equipo era un jugador muy importante: trabajaba mucho, peleaba todos los balones y, además, marcaba muchos goles", reconoce con cariño Manolo Jiménez a Abel Díez. De leyenda a leyenda del Sporting. Ayer, el mítico atacante rojiblanco, que se convirtió en un futbolista muy importante en la época dorada del club gijonés en los años ochenta, falleció. Nacido en Boñar (León), tenía 72 años. Llevaba meses luchando contra una dura enfermedad.

"Estamos tristes por la pérdida de una persona muy cercana, un buen amigo y un jugador muy relevante en una de las etapas más importantes del club. Abel era muy inteligente dentro y fuera del campo. Siempre lo destacábamos en el vestuario, él siempre aportaba conocimiento en cualquier conversación. Le echaremos mucho de menos", lamentaba Joaquín Alonso, responsable de relaciones institucionales del Sporting y uno de los jugadores más importantes de aquel equipazo, que llora la muerte de una persona extraordinariamente querida. "Era un tipo irónico, bromista", tercia Jiménez.

En un día muy triste, el club rojiblanco solicitó a LaLiga que autorice a la entidad decretar un minuto de silencio para que este viernes El Molinón, que durante años (1976-1984) fue su santuario, guarde un minuto de silencio en su memoria. Se va Abel, pero para siempre quedará su legado, el de un "gran compañero, trabajador". También sus hitos: pocos jugadores en la historia del fútbol mundial pueden presumir de marcar tres goles al Real Madrid en un partido y, además, hacerlo en el Bernabéu. Abel es uno. El 31 de mayo de 1981 endosó a los blancos un hat-trick en unos cuartos de final de Copa del Rey, llevando al límite al Santiago Bernabéu, clasificando al equipo asturiano a las semis y allanando el camino a la final. Y eso que no tuvo un arranque sencillo.

Muere Abel, leyenda rojiblanca

De pie, por la izquierda, Andrés, Redondo, Joaquín, Jiménez, Ferrero, Rezza, Abel, Vicente Miera y Doria. Agachados, González, David, Claudio, Javi, Cundi (con la camiseta de Quini) y Pedro, en un acto de recuerdo de la eliminatoria de la Copa de la UEFA que el Sporting jugó contra el Torino en la temporada 1978-79. / Juan Plaza

Tras un aterrizaje un tanto controvertido, se ganó el respeto de todos. A Mareo entró el verano de 1976 a través del Deportivo Gijón, como entonces se denominaba al filial. Su avanzada edad (23 años) para llegar a un filial provocó cierta desconfianza en algunas esferas. Pero calló todas las bocas. "Yo entonces era el entrenador del filial. Abel estaba en el límite de la edad para llegar a un filial. Se hizo difícil hacer esa operación. Llegó con kilos de más, pero en unos meses perdió hasta ocho kilos. Y le dio la vuelta a la situación completamente. Esa temporada ya debutó con el Sporting (con Vicente Miera). El trabajo que hizo en el filial fue fundamental para él. Era el momento crucial de su carrera. Si no aprovechaba la oportunidad, no habría llegado nunca a ser jugador de fútbol. Pero hizo un trabajo tremendo en lo personal. Le valió la oportunidad de llegar al Sporting, y de hacer carrera, algo que en ese momento era muy difícil. Había mucho, mucho, nivel en ese Sporting. Y ahí están sus números", cuenta José Manuel Díaz Novoa, un hombre clave en la carrera de Abel.

"Físicamente era un portento. Hacía un trabajo tremendo desde la banda derecha: era defensa, medio y, a la vez, delantero. Todo en uno", reconoce Novoa. Abel jugó 276 encuentros oficiales con el club gijonés. Marcó 77 goles. Solo cuatro (Quini, Joaquín, Ferrero y Pío) marcaron más tantos que él en Primera. Es, además, el mayor goleador del club en la Copa del Rey. Comenzó como extremo derecho, pero sin Quini hizo carrera de "9". Su mejor temporada, de largo, en el Sporting fue la 80-81: firmó 20 goles, con 5 dobletes y el famoso triplete del Bernabéu (2-3). Ayer muchos de sus excompañeros estaban muy afectados por la trágica noticia. "Era un jugador generoso dentro y fuera del campo, y un gran compañero y amigo", cuenta afectado por la pérdida Ciriaco Cano. "Fue un buen jugador, y muy trabajador. Y colaboró tremendamente en aquel equipo. Era muy voluntarioso", le pondera Enzo Ferrero. "Era un jugador muy infravalorado, dio mucho rendimiento. Para mí es uno de los grandes del Sporting", reconoce Jorge David. El funeral de cuerpo presente tendrá lugar hoy, a las 17 horas, en la iglesia de San José.

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