La figura de la semana
El entrenador de la normalidad: la receta vital de Asier Garitano, que dará forma al próximo proyecto del Sporting
El trabajo y la humildad son dos de los pilares del míster rojiblanco
Una lesión obligó a colgar las botas a este futbolista de Vergara criado en Lezama que ha logrado la tranquilidad del sportinguismo

Asier Garitano, entrenador del Sporting. / Mortiner
"Tenemos buenos jugadores. A ver si lo logramos". Las primeras palabras de Asier Garitano (Vergara, Guipúzcoa, 1969) como nuevo entrenador del Sporting dejaron un poco descolocado al sportinguismo. Ese "a ver" en su respuesta parecía denotar alguna duda en un entrenador llamado para liderar la reacción, recuperar a la tropa y escapar de una caída en picado hacia el descenso. La anécdota resume perfectamente que lo suyo son los hechos, no las palabras. La verdadera respuesta de Asier llegó en forma de victoria en las dos jornadas siguientes, la primera en Elda, donde el equipo corría el riesgo de caer, por primera vez, en puestos con destino a la Primera Federación. En poco más de un mes ha duplicado la media de puntuación de su antecesor y devuelto cierta tranquilidad en la montaña rusa emocional de ser del Sporting. Sin mucho ruido, ni grandes discursos. La suya es la historia de un hombre capaz de conquistar el éxito en el fútbol desde el trabajo, la humildad y la normalidad, un bien, este último, denostado muchas veces en un deporte acostumbrado a las apariencias.
Creció en la calle Zubieta de una localidad que respira los valores que caracterizan su personalidad y su fútbol. Asier Garitano despuntó allí como pelotari, pero desde el Athletic estaban convencidos que aquel crio estaba llamado a hacer grandes cosas en el fútbol. Entró en Lezama con solo diez años y alcanzó el Bilbao Athletic compitiendo con el filial de los leones en Segunda División durante tres temporadas consecutivas. Mediapunta o extremo izquierdo con buen golpeo, la sombra de una generación liderada por jugadores como Valverde o Ziganda le cerró las puertas del primer equipo y le llevó a continuar con su carrera en el Eibar. En sus primeros pasos como futbolista empezaba a verse alma de entrenador. Apuntaba el porqué de las decisiones o métodos de alguno de sus entrenadores e incluso grababa en vídeo los partidos para analizarlos después. No solo los propios. Su madre conserva todavía aquellas cintas en Vergara.
Fue un futbolista cotizado en la categoría de bronce en la década de los 90, llegando a firma 16 goles en el Alicante. Una grave lesión de rodilla, durante su etapa en el Benidorm, le obligó a colgar las botas con 33 años y aceleró su carrera como entrenador. Tras varias experiencias ejerciendo como segundo, llegó a dirigir al equipo AFE de futbolistas en paro antes de una constante evolución hasta su histórico ascenso con el Leganés a Primera División. Los banquillos de Real Sociedad y Alavés engordaron sus más de cien partidos como entrenador en Primera. Tras un paso por Tenerife, donde continúa parte de su familia mientras su hijo, Lander, acaba allí el Bachiller, su llegada al Sporting le ha devuelto la ilusión por liderar un proyecto ganador. También por vivir desde dentro la grandeza del club y de El Molinón. Una reconexión con el fútbol norteño. Una vuelta a los orígenes.
En Mareo ha devuelto el rigor y los horarios que habían reinado hasta la época de Miguel Ángel Ramírez. Quizá sin la empatía o cercanía de otros entrenadores, pero con la claridad de quien cuida el esfuerzo y el sentido práctico. Amigo de entrenadores como Javi Gracia o Unai Emery, va a muerte con el que le sigue.
Los años le han dado mano izquierda para lidiar con los egos, conectar con los líderes del vestuario y mantener la calma en las frecuentes tensiones del pasional fútbol. En Gijón, tras sortear el peligro del descenso, le toca ahora ayudar a reconstruir un equipo y toda una ilusión, la perdida por el sportinguismo. "Soy como el estudiante que tiene que estudiar una barbaridad para aprobar", ha repetido en varias ocasiones sobre su filosofía en torno a la cultura del esfuerzo. Afronta ya un nuevo reto en Gijón con pocas palabras, mucho esfuerzo y la ambición de quien aspira a disfrutar de nuevo de rojiblanco.
Suscríbete para seguir leyendo
- Un oasis de paz y parrillas para los domingos: esta es la área recreativa que triunfa en la comarca de Avilés
- El Oviedo ya ficha para Primera: El extremo francés Brandon Domingues refuerzo para el ataque
- El drama de dos jóvenes emprendedores asturianos: denuncian que Carreteras les prohíbe el acceso al negocio que compraron, abierto en 1977
- Canteli anuncia que la plaza de América llevará el nombre de Santi Cazorla: 'Hay que reconocer lo que le ha dado al Oviedo
- Así serán las hogueras de San Juan en Gijón: una nueva playa donde celebrar la llegada del verano
- El ciclista asturiano Benjamín Noval no tiene rival: da un nuevo recital y deja atónitos a todos en la Vuelta al Besaya
- Muere un hombre de 56 años atrapado bajo su tractor tras volcar en Pravia
- El ganado se muere de sed', el clamor de los ganaderos contra el parque nacional por incumplir su promesa de llevar agua a la majada de Amuesa