Emotivo adiós a Marcel Sabou, un "ejemplo de lucha"

"Su familia estuvo con él hasta el final", destaca Carmen Moriyón en la despedida del exjugador del Sporting

David Guerra y Liliana Sabou, ayer, en el tanatorio de Cabueñes.  | 	JUAN PLAZA

David Guerra y Liliana Sabou, ayer, en el tanatorio de Cabueñes. | JUAN PLAZA

A. Menéndez

Gijón

Fue una despedida emotiva, llena de recuerdos, marcada por emociones tan extremas como el dolor y, a la vez, el agradecimiento por lo vivido. Excompañeros, amigos, familiares e instituciones –con el Sporting y el Ayuntamiento a la cabeza– despidieron ayer a Marcel Sabou. El último adiós al exjugador no recordó únicamente al gran deportista que destacó en El Molinón en los noventa, sino que se valoró más a la persona. También a su familia, rota por el sufrimiento, pero agradecida por el cariño recibido, y que ha estado hasta el último segundo pegada al padre, al marido, a sabiendas de que ya no había esperanza ninguna ante la enfermedad que se llevó a Sabou, la ELA.

"En lo deportivo está todo dicho. Pero me quedaría con esta etapa. Humanamente es una etapa complicada. Lo primero, para la persona que padece esta enfermedad. Y, después, para su familia. Quiero destacar que tiene una familia espectacular en lo que se refiere a su mujer y a sus dos hijos. Marcel tuvo mucha suerte. Su familia estuvo con él hasta el final. No siempre un paciente con esta enfermedad puede sentir esa compañía y estar en su medio natural hasta el final. Son muchos años y cada día es más difícil, y siempre anteponiéndole a él frente a los demás problemas. Eso me conmueve", reconoció la alcaldesa, Carmen Moriyón, tras dar el pésame a Liliana, la esposa de Marcel.

Caco Morán, David Cano (tapado), Marcelino Elena, Rubén Blaya, Manuel Sánchez Murias, Pablo Díaz Stalla y Víctor Holguera, ayer, tras dar el pésame a la familia de Sabou.

Caco Morán, David Cano (tapado), Marcelino Elena, Rubén Blaya, Manuel Sánchez Murias, Pablo Díaz Stalla y Víctor Holguera, ayer, tras dar el pésame a la familia de Sabou.

"Es una pérdida muy relevante. No solo por lo que significó en el campo, sino porque tanto él como su familia han sido un ejemplo de lucha contra una enfermedad muy complicada. Ha sido un ejemplo de superación por la enfermedad que es y el tiempo que ha peleado y las ganas que ha tenido de vivir. Su impacto va ir más allá de ser una leyenda del Sporting. Va a tener un impacto en las personas que van a luchar contra esta enfermedad y lo van a tener como un ejemplo", destacó David Guerra, presidente ejecutivo del Sporting, que lideró la representación del club rojiblanco.

Álex Sabou, consolado por amigos, ayer, en el tanatorio.

Álex Sabou, consolado por amigos, ayer, en el tanatorio.

"Fue un reflejo de lo que conocí en el campo: era ejemplar. Ganador. Tenía una nobleza por encima de todo… Siempre educado. Un padre ejemplar. Tuve la fortuna de entrenar a Álex (su hijo mayor) en el Veriña. Nunca osó a decirme nada", rememoraba Caco Morán. "Nos deja mal. Es una noticia muy triste por lo que representaba como persona y compañero. Era un tipo sensacional, cercano. Sin ser de Asturias ni de Gijón, siempre representó al Sporting. Quería al club", añadió Manolo Sánchez Murias, exjugador y exentrenador de la entidad rojiblanca. "Seguro que animará al Sporting desde el cielo", sentenció José Ramón Cuetos Lobo, presidente de la Federación Asturiana de Fútbol.

René Centrón, Iñaki Eraña y Emilio Gutiérrez.

René Centrón, Iñaki Eraña y Emilio Gutiérrez.

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