Las tres vidas de "Ciri" en el Sporting: el "ojo clínico" de Enrique Casas, Orlegi y el aval a Garitano

"Van a tener que gastarse el dinero y hacer un equipo con alguien que sepa qué es Segunda si se quiere subir", afirma el que fuera futbolista, entrenador y secretario técnico rojiblanco sobre la situación del club ante su 120º aniversario

Ciriaco Cano, ante El Molinón.

Ciriaco Cano, ante El Molinón. / Ángel González

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Gijón

El hijo de Félix, un albañil que en el fútbol era "delantero de los bravos", y de Sofía no imaginaba en su Plasencia natal que llegaría a vivir del fútbol. Mucho menos que lo haría convertido en uno de los nombres propios de la historia del Sporting. Ciriaco Cano González (1948), el tercero de cuatro hermanos (el resto, mujeres), le dijo no al Madrid en juveniles para después encontrar el camino a Primera vía Elche gracias a un comercial de calzado. En 1971, su fichaje por el conjunto rojiblanco a cambio de millón y medio de las antiguas pesetas marcó un récord en la época. En Gijón peleó en el barro de Segunda e inició la edad dorada del Sporting tras reconquistar Primera. Como entrenador fue el último en guiar a los gijoneses a la desaparecida Copa de la UEFA y, años después, evitó que el club abandonara el fútbol profesional apoyándose en Mareo. La vida de "Ciri" condensa mucho de los 120 años de historia que el 1 de julio cumple el Sporting.

Ciriaco, durante su segunda etapa como entrenador del Sporting. | LNE

Ciriaco, durante su segunda etapa como entrenador del Sporting. | LNE

Plasencia.

A la izquierda, Ciriaco presiona a Galán. A la derecha, sentados, por la izquierda, Miguel Montes y Vicente Miera, con Ciriaco y Novoa detrás.

A la izquierda, Ciriaco presiona a Galán. A la derecha, sentados, por la izquierda, Miguel Montes y Vicente Miera, con Ciriaco y Novoa detrás.

"Jugábamos en la calle porque no había otra cosa. Allí, en verano terminábamos de comer y estábamos jugando con 40 grados. Mi madre siempre decía: ‘¡ay, este muchacho que le va a dar no sé qué y no sé qué más!’ Nada, no nos daba nada de nada".

Las tres vidas de "Ciri" en el Sporting

Las tres vidas de "Ciri" en el Sporting

El futbolista.

"En juveniles pasé una prueba con el Madrid. Me querían, pero mi padre se negó. No le convencía que tan joven viviera allí, solo. Nunca se sabe qué hubiera pasado de quedarme, pero no me arrepiento de aquello. Más tarde, un viajante de calzado de Elche, creo que se llamaba Agustín, me vio jugar y ahí cambió mi vida. El dueño de su empresa era el presidente del club. Me fui en tren a hacer una prueba. Jugué un amistoso en Elda y ya no me dejaron volver al pueblo. Se arreglaron con el Plasencia, mi club, y listo. Era 1967. Empecé en el Ilicitano (el filial del Elche). Al año siguiente ascendimos a Segunda División. Luego, muchos pasamos a jugar en Primera".

Fichaje millonario.

"El Sporting pagó millón y medio por mí al Elche. Los dos equipos estaban entonces en Primera. No sé si sería mucho o poco, pero de aquella el club no debía pagar por mucha gente, porque para ser yo el traspaso más caro... (sonríe). La norma entonces era surtirse de jugadores de la cantera. Les debí gustar en el último partido de Liga que jugamos en Elche. Les ganamos 5-1 y ahí estuve bastante bien. En El Molinón perdimos 3-1 y no recuerdo que lo hiciera igual de bien".

Un ambiente de equipo.

"Hicimos grandes cosas, pero lo que más recuerdo es el ambiente entre los jugadores. Es diferente totalmente ahora. De aquella pocos teníamos coche. Yo estaba en una pensión, Casa Herminio, junto a otros compañeros. Entrenábamos en El Molinón, en el campo de Los Fresnos, en La Laboral y a todos los sitios íbamos andando. ¡Y estábamos en Primera! Después de entrenar nos juntábamos todos en Casa Ramón, en el Migueleto, en locales del barrio de La Arena. Aquí aprendí a jugar al mus. Pasábamos el día juntos. ¿Mi pandilla? Puentón, Lavandera, El Besugo (Quini), Herrero I, Herrero II, Alonso… Era una pasada. Fue una de las claves del mejor Sporting. Ahora todos andan al móvil, terminan de entrenar y se van en coche corriendo a casa".

Miera y el cambio.

"Todas estas cosas de las que estoy hablando ahora, nos las quitó. Terminábamos de entrenar y teníamos que estar ahí, en Mareo, esperando hasta las 2, para comer juntos. Así evitaba que nos fuéramos a tomar la cervecita y todo eso. Y luego, aparte de eso, entrenábamos mañana y tarde. Y después de los partidos nos tenía concentrados. A lo mejor el viernes ya nos concentrábamos. Nos tenía más controlados".

Ganar y convencer.

"Todos rajábamos de los cambios de Miera, pero luego veíamos que los resultados se daban. Y claro, nos convenció (el Sporting pasó de jugar en Segunda, a disputar competición europea). También la exigencia era mayor. Había semanas en las que igual no pasabas ni dos días en casa".

Lesión y retirada. "En aquella época no es como ahora. Que ahora Cazorla tiene 40 años y está jugando al fútbol. A mí me cogió una lesión de rodilla con 34 o 35. Tuve que ir a Madrid al doctor Guillén y me tuve que quedar allí de marzo a junio. El doctor me advirtió que lo mío era complicado y acertó. Me esforcé por volver, Boskov me dio la oportunidad, pero jugué muy poco. Notaba que no estaba al 100%. Y la exigencia del fútbol, si no estás al 100%, te coge. Encima, acababa contrato".

Huelga y adiós. "Llegó el verano, quería descansar, vamos a la playa, y estando en la playa me enteré por la prensa que no iba a seguir. Después de doce años de jugador enterarse así, es duro. Nadie me dio explicaciones ni yo las pedí, pero esperaba que hubieran tenido alguna deferencia. Así es el fútbol. No sé si a lo mejor, porque durante la época mía como capitán hubo aquella huelga de futbolistas, hubo alguna represalia. Lo que sé es que ahora muchos futbolistas se benefician de lo que hicimos entonces".

Entrenador.

"Un año o así después de retirarme empecé a entrenar al infantil del Sporting. Me hubiera quedado toda la vida ahí. Disfruté como un enano. En aquel primer equipo que entrené estaba Ovidio y otros buenos futbolistas que no llegaron como Carballo. Me fui luego a entrenar al pueblo (Plasencia) y allí me llamó el Elche a falta de cinco o seis partidos para el final de Liga. Lo teníamos hecho para subir pero, yo que decido más con el corazón que con la cabeza y nunca sé decir que no a los equipos donde estuve, pues… Ese año el Plasencia se lo dejé a Sebas, un amigo mío, y subió a Segunda B, y yo en el Elche subí a Segunda".

Secretario técnico.

"Plácido (Rodríguez Guerrero) me llama. Estaba García Cuervo entrenador. La plantilla la habíamos hecho entre él y yo. Como a mitad de temporada, me acuerdo que estaba viendo un partido en Zaragoza, viendo a un jugador, y me llama para decirme que tengo que coger al equipo. Ellos ya habían decidido, sin consultar ni nada, pero habían decidido rescindir el contrato de García Cuervo y que fuera el entrenador. Cogimos el equipo en diciembre y tuvimos la suerte de meternos en UEFA. Va a ser difícil volver. Han pasado años. Parece que es fácil, pero ahí está. Es curioso porque, además, la Copa de la UEFA la han disputado como entrenadores Vicente Miera, que fue jugador también del Sporting, Novoa, que también tuvo vinculación al Sporting como futbolista, y yo".

Vuelta en Segunda.

"Era una época muy complicada. Después de eso, vinieron las sociedades anónimas y todo cambió. Sí, me costaba dormir. Si se coge la historia del Sporting antes y después de las Sociedades Anónimas se ve. Ahora parece que todos tienen que tener un máster. No hace falta en el fútbol. Enrique Casas no tenía ni un solo máster, pero tenía un ojo clínico y veía el fútbol para traer a jugadores como Mesa. Hizo un equipo que ni en sueños el Sporting hubiera podido conseguir".

El Sporting ahora.

"Lo veo por la televisión y no siempre. Hace años que no voy a El Molinón. Veo más la Premier. En Segunda puede haber algún partido curioso, pero no es lo mismo. Lógicamente, siempre quiero lo mejor para el Sporting. Pero..."

El futuro.

"Para que el Sporting vuelva a ser el de épocas pasadas, me parece que van a tener que pasar muchos años. ¿Qué se necesita? Un equipo que juegue bien al fútbol. Sé lo que es Segunda. Es una categoría de mucha lucha, de mucha pelea, donde si no eres capaz de igualar eso, aunque tengas calidad, te topas con equipos que te ponen las cosas complicadas. El Mirandés, por ejemplo, no tiene mucha calidad, pero es un equipo difícil de ganar".

Orlegi y el ascenso.

"Pues no lo sé, ellos sabrán. Ellos son los que hacen y deshacen el equipo. Desde luego, deben de tener experiencia. No sé si buena o mala. Por lo menos tienen equipos en México, pero México y España no se parecen en nada. La verdad es que el Sporting va a tener que gastarse dinero, hacer un equipo a base de dinero y con alguien que sepa lo que es el fútbol español, qué es la Segunda División de aquí, que es muy dura".

Liderazgo y Garitano.

"Garitano tiene experiencia. Viene de estos años entrenando en la categoría y en Primera División. Conoce perfectamente el fútbol español. Eso puede ser una gran ventaja".

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents