El Sporting y la dos tareas en El Molinón que afectan al verde y la grada

El club aprovecha el parón competitivo para la realización de trabajos de mejora en el césped y mantiene en estudio fórmulas para la grada visitante

Césped de El Molinón.

Césped de El Molinón. / David Cabo

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Mientras el primer equipo del Sporting vive la recta final de las vacaciones con la comisión deportiva intentando avanzar en la confección de la plantilla, El Molinón se prepara para albergar en las mejores condiciones el inicio de temporada. Después de una campaña en la que el césped sufrió especialmente en la primera parte del campeonato, se cuidan los detalles para su reacondicionamiento de la manera óptima.

Sobre el verde se han iniciado ya trabajos de mejor superficiales a través de tareas como el escarificado, el pinchado, la siembra, los recebos con arena y el abono del suelo. Unas prácticas habituales durante estas semanas de parón competitivo, que también se extienden a los campos de entrenamiento.

Lo que el club mantiene en estudio es cómo hacer crecer la grada visitante, origen de quejas durante el pasado curso. El Sporting tomó la decisión, por razones de seguridad, de reducirla a 570 plazas, lo que provocó que la gran mayoría de equipos rivales también limitara a ese números la demanda de entradas de la Mareona para sus desplazamientos.

Por el momento, no hay solución definitiva a una situación que viven con malestar los sportinguistas que suelen acompañar al equipo lejos de El Molinón. Si no hay un giro en las próximas semanas, la previsión es que el Sporting inicie la temporada con el mismo aforo en la grada visitante con el que terminó la pasada campaña.

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