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Responsabilidades compartidas: la lectura de Josu Uribe sobre la decisión del Sporting

La actitud y el rendimiento de los jugadores rojiblancos en la última jornada y Asier Garitano

Llegada del Sporting al Aeropuerto de Asturias

Llegada del Sporting al Aeropuerto de Asturias / Ángel González

Josu Uribe

El peor Sporting de la temporada apareció en Castalia y en el peor momento. Un equipo incapaz de manejar ninguna pauta de juego, ni ofensiva ni defensiva, incapaz de dar tres pases seguidos y totalmente desbordado por dentro y por fuera. Un equipo muy largo y con muchos problemas sin balón, sin ganar ningún duelo y estando siempre muy lejos del nivel que exige la categoría.

Un rival valiente y atrevido, que no paró de exigirte, que no paró de obligar a retroceder y defender muy cerca de tu portero, siendo incapaces de ajustar una buena presión para poder robar y transitarle a un equipo que sufre muchísimo cuando no tiene el balón. Ni el regalo del gol hizo salvar una primera parte lamentable.

Cambio de dibujo al descanso, con la entrada de Pablo García y Kembo para pasar a una línea de cinco, que siguió permitiendo al rival manejar el juego y el partido. Un Sporting tremendamente blando en todas las acciones y que nunca dio sensación de poder con el partido. Se cerró con una derrota más que merecida.

Los números de Garitano en el último mes no son fáciles de defender con cinco derrotas consecutivas, trece goles encajados y dejando el equipo a un punto del descenso. Ahora vamos a mirar para todos los lados: la actitud y el rendimiento de los jugadores en la última jornada ha sido lamentable. Unos profesionales que vienen de hacer el ridículo en El Molinón hace una semana no pueden permitirse ni la actitud ni el rendimiento que ofrecieron ante el Castellón. Independientemente de las decisiones de los entrenadores, el fútbol es de ellos, pero cuando el barco se hunde miran para otro lado.

Al Grupo Orlegi hay que pedirle que construya de verdad una estructura deportiva profesional en la dirección deportiva, como tienen muchos clubes pequeños. Clubes con muchas limitaciones y mucha menor masa social, pero que nos dan cien vueltas en esa faceta. Si el Sporting quiere crecer, debe hacerlo en sus cimientos. En su estructura deportiva, y con cariño lo digo, se puede mejorar mucho ese aspecto. El rendimiento del primer equipo y del filial en los últimos años no creo que sea casualidad. Estamos a tiempo de evitar males mayores. Hay que cambiar y mejorar muchas cosas y, sobre todo, escuchar a la gente que tenemos experiencia y queremos al club.

A Asier, darle las gracias por su comportamiento señorial con todo el mundo, por venir a un club que llevaba 17 jornadas con una sola victoria de la mano de Albés, y que caminaba a un descenso casi seguro. Consiguió unos números muy buenos y un gran rendimiento del equipo para darle tranquilidad y seguridad al club. El final no ha sido bueno ni para él ni para el equipo, pero se va un buen técnico y una buena persona. Ante los números los entrenadores no podemos hacer nada, pero su trayectoria no se debe olvidar.

Toca mirar al futuro, estar muy juntos y acertar con la llegada del nuevo técnico. Posiblemente al grupo le venga bien un mensaje diferente, pero ya no valen excusas de los artistas. La plantilla tiene limitaciones y carencias, pero la actitud no se negocia. A Orlegi, lo mismo: si queremos crecer y de verdad, rescatar las cosas buenas y mejorar en otras. Todos queremos lo mejor para el Sporting y escuchar, que es muy importante. Ezkerrik asko, Garitano.

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