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Mejorar el balance defensivo y reconectar a El Molinón: los retos de Borja Jiménez para hacer ganador al Sporting

El nuevo técnico tiene por delante varios puntos a mejorar marcados por la preparación del estreno del entrenador ante el Racing

Gelabert y Borja Jiménez en Mareo.

Gelabert y Borja Jiménez en Mareo. / Juan Plaza / LNE

Gijón

"Un reto muy ilusionante". Así título Borja Jiménez en su presentación la nueva etapa que afronta como entrenador del Sporting. Por delante, 34 jornadas para intentar revertir la crítica situación que atraviesa el equipo, con cinco derrotas seguidas y la inminente visita de un Racing de Santander que encabeza junto al Deportivo de La Coruña la tabla de Segunda División. Dentro del reto, Jiménez tiene varios deberes heredados en una plantilla a la que se le ha visto potencial en los primeros encuentros y las costuras en los últimos.

Acabar con la sangría

El mayor déficit en este comienzo de temporada está siendo la defensa. En verano, se puso el foco en apuntalar una zaga que ya había sido motivo de sufrimiento en la campaña anterior. La apuesta era y sigue siendo lógica, pero no se ha materializado sobre el campo. En estos primeros ocho encuentros el Sporting ha encajado catorce goles, doce de ellos en las últimas cuatro jornadas. Hay que remontarse a la temporada 2016/2017, en Primera, para ver un arranque con más tantos encajados, 18 en aquella ocasión. En el caso de Segunda, esta cifra negativa se alcanzó en la 63/64. Por contra, el Sporting recibe al Racing, que ha visto portería en 21 ocasiones. El plan de Jiménez puede comenzar por frenar a la delantera más temida de la categoría.

Reconectar a los jugadores

David Guerra señalaba hace unos días que el nivel de algunos jugadores estaba por debajo de lo que se esperaba de ellos. En el haber de Jiménez está el de restablecer el ánimo en el vestuario y recuperar para la causa a jugadores como Queipo, marcado por sus últimas actuaciones; Cortes, al que se le ha visto en contadas ocasiones o Amadou y Caicedo, que se alternan los minutos y que todavía no han logrado estrenar el casillero. También se espera sumar a Jesús Bernal, en la última fase de su recuperación.

Mantener el nivel en ataque

El optimismo de la parroquia sportinguista pasa por el buen estado de forma de los de arriba. La mejor versión de Gelabert ha llegado en un momento en el que el gol cotiza al alza en el Sporting. También ha despuntado Otero como máximo asistente de todas las ligas y Dubasin y Gaspar aportando de forma regular. El nuevo técnico rojiblanco cuenta con este impulso para mantener la buena dinámica ofensiva mientras intenta apuntalar la zaga.

Un equipo reconocible

En la presentación, Jiménez comentó que llega a Gijón con el principal objetivo de lograr un equipo reconocible y en consonancia con la afición. Esto se traduce por intensidad y verticalidad, dos aspectos que se atisbaron al principio de liga, pero que se diluyeron con las derrotas. La plantilla tiene mimbres para elevar el ritmo y llevar el peso de los partidos y el abulense tendrá que dar con la tecla para lograr este objetivo.

El Molinón, un fortín

Recuperar la senda del triunfo supone volver a tener a El Molinón como fortín. Las derrotas de Burgos y Albacete enfriaron a una afición que tiene que ser clave para empujar al equipo en los momentos complicados y poner las cosas difíciles al rival. En el Leganés, Jiménez logró el ascenso con tan solo dos derrotas en casa, un precedente que da optimismo para recuperar el feudo rojiblanco.

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