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Diego Sánchez, una "cosita" para renovar en el Sporting y su singular comparación con Borja Jiménez: "Es lo más similar que hemos tenido"

"La psicología ha dejado de ser un tema tabú y tiene mucha importancia en el fútbol; hay que saber a quién podemos apretar y a quién te tenemos que cuidar más", subraya

Diego Sánchez posa para LA NUEVA ESPAÑA en las puertas de acceso al campo 1 de Mareo. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Diego Sánchez posa para LA NUEVA ESPAÑA en las puertas de acceso al campo 1 de Mareo. | ÁNGEL GONZÁLEZ

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Gijón

Termina el entrenamiento en Mareo y Diego Sánchez Pérez (Avilés, 2003) camina hacia el campo 1 con una sonrisa dibujada en su rostro. Estrecha fuerte la mano en su encuentro con LA NUEVA ESPAÑA para conversar sobre la reacción del equipo, el impulso de Borja Jiménez, su renovación y sus estudios de Psicología, entre muchas cosas. Una faceta, la de sus estudios, que confluye con un momento en el que el nuevo entrenador habla de trabajar la faceta mental.

¡Cómo cambia el fútbol en quince días!

Sí. Veníamos de una racha muy, muy mala. Sabíamos que teníamos que darle la vuelta como fuera. Creo que lo que más marca en el fútbol es la confianza. Más allá de lo táctico, y de lo que puedas preparar para un partido, está la confianza. La de uno mismo y hacia el equipo. Eso es clave. En ese sentido hemos dado pasitos hacia adelante. Tampoco nos podemos relajar, porque viene un tramo del calendario que, si queremos estar arriba, es decisivo estar bien.

Ustedes repiten mucho la palabra confianza. ¿Cómo se trabaja ese aspecto?

Fijándonos más en detalles que igual antes no le dabas importancia. Sabíamos que en un momento como el que atravesábamos, los pequeños detalles te matan. En el día a día, en los entrenamientos, nos estamos fijando mucho en cositas. En ambas áreas, sobre todo. Aunque estemos haciendo un ejercicio que no tenga que ver con ello, tratamos, por ejemplo, de ser muy eficaces en lo que hacemos. Nos hemos empezado a fijar también en cómo nos comunicamos entre nosotros. Incidimos mucho en eso. Creo que es parte de que hayamos mejorado bastante desde la llegada de Borja (Jiménez).

¿En qué más se nota?

Nos da un poco más de libertad con el balón en ciertos aspectos y creo que eso nos vino bien en el tema de aposentarnos, de tener tranquilidad, de saber lo buenos jugadores que somos. Cuando estás en una dinámica negativa te entran ese tipo de dudas, incluso contigo mismo. Recuperar un poco más de tranquilidad nos vino bien.

Diego Sánchez, en Mare.

Diego Sánchez, en Mare. / Ángel González

Usted estudia Psicología ¿lo lleva a la práctica del fútbol?

Estoy con asignaturas de primer y segundo e intento aplicar algo de lo que conozco porque, entre otros motivos, me animé a estudiarlo por eso. Hoy en día es súper importante esa faceta, sobre todo desde que hemos conseguido que la psicología deje de ser un tema tabú. Tiene mucha influencia en el fútbol y pienso que es una buena herramienta para ayudar en casa, a mi familia… Hay situaciones del día a día en las que no todo es tan bonito como se hace ver muchas veces. Por eso es importante dar un paso adelante a nivel mental.

Asier Villalibre, futbolistas del Racing, habló en la Cadena Ser sobre ese miedo a fallar que sentís los futbolistas, de hacerse pequeñito, de tener miedo hasta a que te pasen el balón. ¿Hay miedo a fallar cuando se juega en El Molinón?

Suscribo lo que ha dicho Asier. Y sí, yo pasé por esa época, como creo han pasado todos los futbolistas. Esa de que, en un mínimo control, te tiemblan un poco las piernas. Sobre todo, cuando empiezas. Los primeros años, en El Molinón, cuando subes de abajo… Te adaptas, lo vas controlando. El Molinón te da muchísimo más de lo que te puede quitar. Por eso insisto en que es fundamental el tema de la confianza. No es miedo, pero sí he sentido esa sensación de que, a la mínima, si fallas, el rival te genera. Sobre todo en esta última mala racha. Cuando tienes confianza se ve un jugador totalmente diferente a cuando no la tienes.

¿Hablan en el vestuario de eso, se ayudan a manejar esas situaciones?

Sí. Obviamente sabemos en el club en el que estamos. Sabemos que nos van a apretar. A mí me viene bien que me aprieten, me ayuda a sacar mi mejor versión. Hay otro tipo de futbolistas, o de personas, pues que igual le viene mejor que le cuiden. En el vestuario hemos hablado de la importancia de cómo nos comunicamos entre nosotros. Por ejemplo: en los entrenamientos hay que saber a quién y cómo decimos las cosas. Hay que saber a quién podemos apretar y saber a quién tenemos que cuidar más.

¿Es momento de apretar o cuidar?

Nos toca apretar más que nunca. Debemos tener claro que el día a día es lo que nos va a llevar a hacerlo bien el domingo. Aunque el Zaragoza llegue como colista, ya sabemos cómo es la Segunda División. Todos los partidos de esta categoría se deciden por detalles. Hemos visto que puedes estar haciendo un buen partido y, en cualquier momento, se te va. Lo hemos visto con el Burgos que hemos dado la vuelta al partido y en un momento se te va. Creo que tenemos muchas referencias del año pasado y de este como para relajarnos.

Le preguntamos siempre sobre si prefiere ser central o lateral ¿Le ha preguntado lo mismo Borja Jiménez?

No porque creo que lo da por hecho, ya sabe mi opinión. La sabe todo el mundo. Siempre digo lo mismo: estoy muy cómodo en ambas posiciones, me gusta poder rendir en ambas y bueno, se vio en Valladolid. Empecé de lateral y acabé de central. Creo que eso el equipo le viene bien, el hecho de poder cambiar de sistema y verme incluido en ambos. A mí también me refuerza en cuanto a mi confianza.

Diego Sánchez, ante las puertas de acceso al campo 1.

Diego Sánchez, ante las puertas de acceso al campo 1. / Ángel González

Otra pregunta, muy recurrente, es la de su renovación ¿Cómo está todo eso ahora?

Se ha avanzado, estamos cerquita. Pero bueno, falta alguna cosita por cerrar. Mi predisposición es total para renovar. Aquí estoy muy contento.

La oferta es hasta 2029 ¿se ve muchos años más de rojiblanco?

¡Toda la vida he estado aquí (llegó en benjamines desde Los Campos), así que no verme en el Sporting sería una cosa de locos!. Seria feliz de seguir muchos años aquí. En estas conversaciones con el club siempre se habla de dónde quiere estar el Sporting en un futuro y yo lo transmití: mi sueño es el de estar jugando en el Sporting en Primera División.

¿Es posible a corto plazo?

Creo que tenemos que ser conscientes todos en el club en el que estamos. Tanto los de fuera, como los que somos de la casa. Tenemos que dar un pasito hacia delante, ahí me incluyo, para llevar al club donde merece. Todos tenemos que darnos cuenta, y rápido, de que por nivel de ciudad y por el nivel de afición, el Sporting es un club de Primera. Hay que focalizarse en eso, sin olvidar que esta liga es muy larga. La temporada pasada, en noviembre, estábamos en ascenso directo y mire cómo acabamos.

El objetivo es…

Centrarnos en el Zaragoza. Partido a partido. Ahora nos vienen dos en casa, con la Copa por medio. Si sacas los máximos puntos en casa y sumas fuera, está claro que vas a estar arriba. Es lo que todos queremos. Así que, focalizados en partido a partido.

El último play-off fue con Miguel Ángel Ramírez. ¿El estilo de Borja Jiménez es el que más se asemeja a él de los últimos entrenadores que ha tenido en el Sporting?

Son diferentes en cuanto a propuesta, pero en el trato, en el día a día, en tema entrenamientos, en preparar partidos, en analizar rivales… En todo eso es lo más similar a Miguel Ángel que hemos tenido hasta el momento.

¿Al futbolista le llega más ahora un entrenador que da especial valor a las relaciones, a la empatía, a esa forma de liderar?

Mi experiencia, que no es mucha tampoco, es que en el vestuario importa mucho el trato de vestuario en relación a lo que se ve después en el campo. Es decir, creo que la confianza que se transmite a los jugadores, luego en el campo se nota. Ese tipo de entrenadores que además están pendientes del día a día, son muy exigentes en el tema de cómo preparas el partido y cómo analizas el rival, nos vienen mejor.

La defensa es una de las líneas que más cambió en verano. ¿Le ha afectado?

Más que defensa, creo que el fútbol es diferente, por así decirlo. Creo que cada míster plantea un tipo de esquema diferente. Sobre todo, los dos centrales han cambiado. Pablo (Vázquez) y Lucas (Perrin) han aportado experiencia y fiabilidad.

¿Qué tal se entiende con Perrin (francés)?

Él no controlaba el idioma y bueno… Ya ha hecho por ello, pero al principio… La suerte del fútbol es que es muy gestual. También con cuatro voces nos entendemos. No pasa nada. Tan amigos. Además lo tengo al lado en el vestuario. Viene de grandes clubes y me ha sorprendido para bien en cuanto al trato. Es un tío como todos los fichajes, muy normal.

¿Usted en qué ha cambiado?

Sobre todo, mentalmente. Tengo más poso, por así decirlo, pero creo que tengo mucho margen de mejora todavía. Tengo mucho por dar, tanto como central, como de lateral. Puede ser que haya alcanzado mi máximo nivel como central, pero no me quita y tengo mucha ambición por mejorar también como lateral. Sobre todo, a nivel ofensivo: los centros, saber elegir mejor los momentos para llegar…

Con Gaspar, Duba, Gelabert y Otero arriba ¿todo es más fácil?

Duba y Otero brillaron especialmente en Valladolid. Los cuatro están ahora muy en forma, pero bueno, creo que lo suplentes también tienen que apretar, por así decirlo. Tienen que poner las cosas difíciles para que ellos rindan a ese nivel. Tenemos una delantera que, si está bien, es la mejor de Segunda. Te pones analizar rivales, con y sin balón, y no encuentras algo así en toda la liga. Si les damos balones, es complicado que nos paren. Ellos también tienen que ser conscientes de que hay que trabajar en defensa. No se ve, pero el desgaste que están haciendo en esa faceta es amplio. Gaspar acabó de cinco el otro día y ni una mala cara, ni una queja. Sabemos que tenemos que ser el equipo que tiene que ser.

¿Al de Mareo se le pide más, menos o lo mismo que al de fuera?

Cuando subes de la cantera tienes que tirar la puerta abajo para llegar al primer equipo y ya no es solo llegar, lo más difícil es afianzarse y tener regularidad. Creo que la gente exige igual al de aquí que a quien viene de fuera. Lo que sí es cierto es que a los de casa igual nos tienen más vistos, y por eso nos piden que subamos el nivel año a año.

¿Cómo es su vida fuera del fútbol?

Tranquila. Por semana centrada en fútbol y la familia. Vivo en Gijón desde hace dos años, pero el día libre lo suelo aprovechar para ir a Avilés y ver a los amigos. Es lo que me ayuda a desconectar.

¿Ve mucho fútbol?

Mucho. Sobre todo, Primera y Segunda. Me gustan mucho los equipos que proponen. Me encanta ver al Elche y en Segunda, al Racing, porque siempre pasan cosas en sus partidos, o al Dépor.

¿Los ve favoritos en Segunda?

No. No veo favoritos porque creo que este año está todo súper equilibrado. Este año estamos todos muy parejos. Va a ser cuestión de detalles.

¿Echa de menos el derbi?

Bueno… sí. Es cierto que por cómo son las semanas de derbi, por cómo lo notas en la ciudad, en los recibimientos… Eso sí se echa de menos. Por el resto, estamos muy tranquilos y enfocados en lo nuestro.

El Molinón sigue igual de volcado.

No tengo duda de que el domingo seguirá igual. Esta temporada no bajamos de los 22.000 espectadores en casa y eso al equipo le ayuda. La afición sabe que hemos salido de la mala racha y es va a volcar.

Si volviera a nacer ¿qué futbolista sería?

Messi. Es el mejor de la historia.

¿A qué le tiene miedo?

A las lesiones. Le doy mucho valor a la salud.

¿Su mejor virtud?

La estabilidad emocional.

¿Su peor defecto?

Ser muy obcecado. Hay momentos en el campo que me ofusco.

Alguien del equipo con quien no viviría.

Diré uno con el que tengo mucha relación, de los que más, pero… César (Gelabert) (se ríe). Hay que saber llevarlo, tienes que estar encima de él.

¿Despistado?

Un poco, sí.

¿Quién es el más personaje del vestuario?

Hay unos cuantos, pero le diré Juan, Juanito (Otero).

¿Cuál es la app que más utilizada en el móvil?

Whatsapp, aunque la uso cada vez menos y estoy orgulloso de ello, pero vas a ver.

Lugar para escaparse.

Llanes, sobre todo en verano.

Una promesa.

Tiene que ser relacionada con ascender, ¿no?

Con lo que usted quiera.

Pues prometo que si ascendemos me rapo el pelo y me tiño de rubio. Ahí queda.

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