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La muerte de los tres motoristas fue recibida como un auténtico mazazo. Los dos integrantes del grupo de Cangas del Narcea son muy conocidos, porque regentan negocios en el suroccidente asturiano. Bernardino González Peláez tenía una empresa de metal-cristalería con su hermano en El Reguerón. Residía en Santiso, en la parroquia de Santa Catalina. La pasión de este joven, de 34 años, que estaba soltero, eran las motos y se había comprado una hace tan sólo tres semanas, según aseguraron personas que le conocían.

Otro apasionado de los vehículos a dos ruedas era José Manuel Cano García, residente en Tineo, casado y con dos hijos. Regentaba una perfumería en Tineo, y hace tres o cuatro años había abierto otra en pleno centro de Cangas del Narcea. Era natural de Buscabrero, en el concejo de Salas, donde aún residen sus padres. Un antiguo compañero del Instituto de Salas le recordaba ayer como una gran persona.

En cuanto al tercer fallecido, José Javier Salvador Alonso, de 53 años, era encargado de la empresa Montajes Nervión en la siderúrgica avilesina Arcelor-Mittal. «Por favor, que no sea mi padre al que se le fue la moto», suplicaba entre lágrimas Javier Salvador, hijo del fallecido de Piedras Blancas. El joven aseguró que su padre ya se había caído en otras dos ocasiones. «Ésta fue la tercera», se lamentaba, inconsolable. El joven dijo que había estado con su padre toda la mañana y que a mediodía se había marchado.

Había otro motivo de dolor para este joven. «Yo mismo le presenté al grupo de moteros de Piedras Blancas. Yo iba antes con ellos», aseguró, sin poder controlar el llanto. Otro familiar que acudió en la tarde de ayer al Anatómico Forense fue también muy expresivo. «Mira que se lo dije», se lamentó, antes de abrazar al hijo del fallecido.

Los tres fallecidos de ayer elevan a 21 el número de muertes en la carretera en lo que va de año, tres más que en el mismo período de 2007. Se trata además del quinto motorista que fallece en Asturias desde enero. Según indicaron vecinos de Salas, en los últimos años han muerto no menos de siete motoristas en el mismo tramo del Corredor del Narcea en el que se produjo el accidente.

También se trata de uno de los accidentes más graves registrados en los últimos tiempos en Asturias. Hay que remontarse al sufrido por tres jóvenes subiendo el alto de La Cabruñana, a principios de 2007, para encontrar uno tan grave.

Vecinos de Salas indicaron que no es extraño que se produzcan este tipo de accidentes, debido a las altas velocidades que se alcanzan en el Corredor del Narcea, especialmente en su tramo salense, y al gran número de vehículos que circulan por esta carretera del suroccidente asturiano.

La curva de Las Consas del río Narcea, que suele dar muy buenas truchas, ayer sólo deparó muerte y dolor.