Las autoridades birmanas elevaron ayer a 3.969 el número de muertos y a casi 3.000 las personas desaparecidas tras el paso del ciclón tropical «Nargis» por el sur del país, mientras la ONU calcula en varios cientos de miles los desplazados. Rangún, antigua capital y mayor ciudad de Birmania (Myanmar), continúa sumida en el caos y su población de cinco millones de habitantes intenta, con sus propios y escasos medios, llevar a cabo las tareas de desescombro y reparación. No hay agua corriente ni electricidad y los habitantes tienen serias dificultades para abastecerse de alimentos básicos. Por las aceras hay un continuo trasiego de personas que van de un lugar a otro con barreños y bidones de plástico en busca de un lugar en el que proveerse de agua. En la fotografía, un enorme árbol caído sobre una calle de Rangún.