Huelva, Agencias

Santiago del Valle, el pederasta de Huelva imputado por el asesinato de Mari Luz Cortés, manifestó a la juez del caso que la muerte de la niña fue accidental, al caerse por las escaleras cuando subía a casa del presunto homicida. En su declaración, reconoció que había atraído a la niña con un osito de peluche, pero que no la había tocado. Declaró que luego se deshizo del cadáver en una alcantarilla y que no sabía si en ese momento estaba muerta o viva. La divulgación de la confesión del pederasta ha creado un fuerte malestar en la familia de la niña, que considera que, de esta forma, los implicados están preparando sus coartadas.

La frialdad del relato de Del Valle, detenido en su día por acosar a una niña de 13 años en Gijón, es espeluznante. «Le tiré un muñeco a la calle. Era un osito blanco. La llamé. Es por eso que me pasa con las niñas y que no puedo evitar. Mari Luz cogió el peluche y entró en el portal. Desde la puerta de mi casa, la llamé con la mano para que subiera», relató a la juez.

Fue entonces cuando se produjo la muerte. «La niña empezó a subir las escaleras, pero se asustó. Se volvió hacia atrás, tropezó y se cayó por los ocho escalones. No tuve tiempo de evitarlo. No toqué a la niña ni le puse la mano en la boca. Cuando me acerqué, la niña estaba inconsciente, creo que tenía un golpe en la nuca. No había sangre. Me entró miedo. estoy arrepentido. Dejé a Mari Luz allí y entré en casa. Cogí un carrito de la compra y metí a Mari Luz. Fue todo muy rápido», confesó el pederasta. Claro que esta versión choca con la de los forenses, que aseguran que la niña murió por sofocación, al interrumpirse la llegada de aire a los pulmones, presumiblemente al taparle la boca su asesino.

A continuación, Del Valle describió a la juez cómo se había desecho del cadáver. «Asomaba la cabeza por el carrito, así que la tapé con una chaqueta negra. Fui con el carrito en dirección al hotel AC. Encontré una alcantarilla. La abrí. Era redonda y con escaleras. Allí tiré a la niña. Ni en el camino ni cuando la arrojé se movió. No sé si estaba viva o muerta. No sé si pudo ahogarse. Cuando la tiré, oí un golpe y tapé la alcantarilla. No sé si pudo morirse después por el golpe o por el agua. No entiendo por qué apareció en la ría. Yo no la tiré allí», añadió.

Esta versión no se corresponde con la aportada por su hermana, quien aseguró que había llevado en su coche a Santiago del Valle, con el carrito, hasta el estero del Rincón, que comunica con la desembocadura del Tinto, donde se encontró el cadáver de la niña.

Nada más conocer que se había divulgado la confesión de Santiago del Valle, el padre de Mari Luz, Juan José Cortés, exigió responsabilidades a la titular del Juzgado de instrucción número 1 de Huelva, que lleva el caso del asesinato de su hija de 4 años. Cortés resaltó que esto se trata de «delito» y que es un hecho «muy grave» que dará tiempo a los culpables a «preparar sus coartadas» con la información policial que han podido conseguir a través del documento. La confesión de Santiago del Valle fue divulgada simultáneamente por «El País» y «Huelva Información».

El padre de Mari Luz se refirió a la campaña -que recalará en Oviedo el día 23- para recoger firmas pidiendo la cadena perpetua para los pederastas y la creación de una lista pública de delincuentes sexuales. Sobre esta iniciativa, Cortés destacó que «un 89 por ciento de los españoles está de acuerdo». Hasta el momento la caravana ha recogido 150.000 firmas, aunque el objetivo es medio millón. «Es lo que quieren los españoles y por eso estamos recorriendo toda España», apuntó.