Oviedo, L. Á. VEGA

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias ha ratificado la condena a ocho meses de cárcel dictada por un Juzgado de lo penal contra Santiago del Valle, el presunto asesino de Mari Luz Cortés, por intentar vender el piso que tenían alquilado en Gijón a una inmobiliaria de Lugones en febrero de 2006. Del Valle fue condenado junto con su esposa, Isabel García Rodríguez, quien también participó en la estafa.

El presunto asesino de Mari Luz se había desplazado a Gijón tras trabar contacto con una niña de 13 años a través de una revista para adolescentes, y una vez en la ciudad la sometió a tal acoso que la familia de la menor se vio obligada a denunciar los hechos ante la Policía, en noviembre de 2006. El caso estaba paralizado, ya que se desconocía el paradero de Santiago del Valle, un hombre que ha demostrado una rara habilidad para escapar a la acción de la justicia, pese a estar condenado a diez años de cárcel por haber abusado de su propia hija. Ahora el proceso ha cobrado nuevos bríos, y la familia de la muchacha acosada pide dos años y medio de cárcel para el pederasta.

Del Valle alquiló un piso en la calle Perú de Gijón en febrero de 2006. Pagó un año de alquiler por adelantado al propietario, con lo que se ganó su total confianza. Un mes después, la pareja se dirigió a una agencia inmobiliaria de Lugones con la intención de vender el piso. Ésta puso un anuncio en prensa y contestó Gil P. D., cuyos intereses ha defendido en este proceso el bufete de abogados Queipo y Riego.

Gil P. D. quiso hacerse con la vivienda, que se ofertaba al atractivo precio de 80.000 euros -poco más de 13 millones de pesetas-, pero a la hora de comenzar los trámites de cierre de la operación se dio cuenta de que en el registro figuraba como propietario otra persona distinta de Santiago del Valle. Fue entonces cuando decidió poner una denuncia al considerar acertadamente que estaba siendo víctima de una estafa.

El Juzgado de lo penal número 1 de Gijón condenó al matrimonio Del Valle el 29 de octubre de 2007, dos meses antes de la desaparición y asesinato de la pequeña Mari Luz en Huelva.

El presunto autor del crimen aseguró que la menor había caído por unas escaleras. Posteriormente, relató, la arrojó a una alcantarilla, sin saber si la niña estaba viva o muerta.