Pekín, Efe

El Gobierno chino contabiliza ya en más de 12.000 los muertos por el terremoto que sacudió el suroeste del país, según las cifras del Gobierno de Sichuan, la provincia más afectada. Hay, al menos, otras 16.000 personas atrapadas. Las autoridades cuantifican en 18.645 las personas sepultadas entre los escombros en la ciudad de Mianyang. En unos 3.600 casos se ha certificado ya el fallecimiento. Sólo esa ciudad ha registrado 7.395 de los más de 12.000 fallecidos en el devastador terremoto.

El seísmo, de 7,8 grados en la escala Richter, se sintió el lunes en todas las divisiones administrativas de China excepto las más remotas del Noreste y del Noroeste, destruyó casi tres millones y medio de viviendas y ha obligado a la movilización en la zona afectada de 50.000 soldados del Ejército de Liberación Popular (ELP).

Pekín invitó ayer a la comunidad internacional a que envíe ayuda a Sichuan y otras zonas del país afectadas, ya sea en forma de efectivo, material de emergencia o equipos de rescate. «China ya ha abierto canales internacionales para recibir donaciones y da la bienvenida a la ayuda internacional», dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Qin Gang.

El Gobierno chino ha destinado una partida de 52 millones de dólares para las labores de rescate y la Cruz Roja nacional ya ha recolectado más de 17 millones de dólares en donaciones, mientras el Ministerio de Sanidad urge a los ciudadanos a que hagan donaciones de sangre para los heridos.

En la zona afectada por el seísmo se encuentra el primer ministro chino, Wen Jiabao, cuya imagen bajo la lluvia, pidiendo con un megáfono a los sepultados que «aguanten» la llegada de los equipos de rescate, se ha convertido en todo un icono de los esfuerzos de China para superar la tragedia.

«El equipo de salvamento va a llegar. Son muy profesionales. Calma», arengaba el primer ministro hacia los cascotes de un edificio reducido a escombros en Dujiangyan, una de las ciudades más cercanas al epicentro. El terremoto es el peor que China sufre en 32 años. En 1976, otro seísmo causó 240.000 muertos en la ciudad de Tangshan, unos 200 kilómetros al sureste de Pekín.

El país, conmocionado con la catástrofe, se pregunta, como apuntan algunos de sus medios de comunicación, si 32 años después China sigue estando mal preparada para los terremotos. «China Daily» señaló que los sismólogos ya habían advertido hace cinco años de que podía producirse tarde o temprano un seísmo en Sichuan, y días antes de la catástrofe se observaron en la zona extrañas migraciones de animales, como por ejemplo sapos. El Consejo de Estado organizó una rueda de prensa de expertos sismólogos, que negaron fundamento a tales afirmaciones.

La cifra de muertos actual podría aumentar en los próximos días, a medida que los equipos de rescate logren acceder a Wenchuan, el distrito del noroeste de Sichuan, epicentro del seísmo. En tan sólo 24 horas se han registrado 2.000 réplicas del terremoto.