Santander, Efe

El Juzgado número 1 de Torrelavega ha solicitado que se procese a una mujer que acusó de violación a un hombre de 33 años, sordomudo, al que conocía con anterioridad y que ha pasado 46 días en prisión preventiva como consecuencia de su denuncia, hasta que las pruebas de ADN demostraron que era falsa. El aplomo con el que la denunciante lo señaló ante la Policía y ante el juez y, sobre todo, el hecho de que en la historia penal del hombre figurase una condena anterior por una agresión sexual mandaron directamente a prisión a P. G. G. El delito del que se le acusó está castigado con penas de seis a doce años de cárcel.

Tampoco ayudó que el mismo día en el que presuntamente sucedieron los hechos, el 29 de marzo, el acusado se cortase el pelo y se afeitase la barba a medianoche, tras llegar a casa. Todos estos datos figuran en el auto de prisión que el juez de instrucción dictó contra P. G. G. el pasado 31 de marzo y también en el que mes y medio más tarde emitió la Audiencia de Cantabria para confirmar que se había tomado una decisión razonable.

Con esos antecedentes, el Juzgado consideró verosímil que fuera P. G. G. quien abordó a la ciudadana rumana D. B. cuando ésta paseaba por una calle de Torrelavega, quien la introdujo a la fuerza en un coche y quien la violó, tal y como había relatado la denunciante. Al dictar la orden de prisión, el juez resaltaba que la mujer había declarado de forma «clara, coherente y sin contradicciones» y que su testimonio parecía reforzarse por el hecho de que el mismo día de los hechos había sido atendida en el Hospital de Sierrallana, donde la administraron calmantes al verla «muy alterada» por haber «sufrido una experiencia muy traumática». Y, además, se daba la circunstancia de que en el «amplio historial jurídico-penal del imputado» constaba que había sido condenado por una agresión sexual cometida el 15 de enero de 2002.

Sin embargo, como la denunciante había testificado que el hombre había eyaculado en su interior, el magistrado decidió pedir una prueba adicional: que se le tomaran muestras de la vagina, se comprobara si había semen y se cotejara su ADN. Los análisis realizados corroboraron que en la vagina de la mujer había semen «de al menos dos varones, pero no correspondiente al imputado», reconoce el juez en un nuevo auto dictado el 16 de mayo, por el que levanta la orden de prisión y sobresee la causa. En esa resolución el magistrado adopta otra medida más: deducir testimonio contra la denunciante «por la posible comisión de un delito contra la Administración de Justicia».