Madrid, Agencias

Alcohol en abundancia, una calurosa noche madrileña y un botellazo fueron los detonantes de un duro enfrentamiento entre la Policía y varios cientos de personas durante las fiestas de Pozuelo de Alarcón (Madrid), que acabó con veinte detenidos y diez policías heridos tras cuatro horas de graves desórdenes. Dos de los policías están heridos de gravedad.

Los hechos se produjeron la pasada madrugada. Según la Policía, todo ocurrió entre las dos y las seis de la madrugada, en plenas fiestas de la localidad, con unos desórdenes y comportamientos «de violencia desmesurada a causa de la ingesta de alcohol» por parte de personas que participaban en las fiestas de este municipio madrileño, colindante con la capital, de 83.000 habitantes y uno de los de mayor renta per cápita de toda España. Veinte personas fueron detenidas -siete de ellas, menores- por desórdenes públicos, atentado contra agentes de la autoridad y daños al mobiliario urbano.

Según informaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la mayor parte de estos hechos fue protagonizada por jóvenes que estaban haciendo «botellón» (beber alcohol en la calle), en una zona aledaña al recinto de las fiestas. De los diez policías heridos, siete pertenecen a las unidades de intervención policial (UIP), los antiguos antidisturbios. También hay dos policías nacionales de la Comisaría de Pozuelo heridos, así como un policía municipal.

Además de la rotura de mobiliario urbano -papeleras, señales, vallas, marquesinas de autobús y lunas de establecimientos comerciales- sufrieron desperfectos diversos vehículos policiales. Así, un coche de la Policía Nacional -uno de los vehículos denominados zeta- fue quemado totalmente. Otros dos coches policiales sufrieron diversos daños al ser alcanzados por piedras lanzadas por el grupo de jóvenes. El parte de daños lo completan dos vehículos camuflados que quedaron muy dañados, y una furgoneta de las unidades de intervención policial. Además, varios vehículos de la Policía Municipal de Pozuelo también resultaron afectados en el transcurso de los enfrentamientos.

En el auge de los enfrentamientos, sobre las cuatro de la madrugada, unas doscientas personas intentaron, sin éxito, asaltar la Comisaría de la Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón tratando de saltar el muro perimetral. Los agentes lograron repeler el ataque con la llegada de refuerzos.

Según las fuentes policiales, los sucesos comenzaron pasadas las dos de la madrugada, cuando un vehículo de la Policía Nacional fue requerido por un chico que pedía ayuda porque le habían abierto la cabeza de un botellazo.

Acudió un equipo sanitario y el chico fue trasladado al Hospital Puerta de Hierro de la vecina localidad de Majadahonda, pero un grupo de jóvenes que estaba de «botellón» comenzó a lanzar piedras y botellas contra el vehículo policial.

Los agentes del vehículo, en colaboración con la Policía Municipal, requirieron a estas personas, «de viva voz y con megafonía», que se dispersaran, ya que mostraban un comportamiento de una «violencia desmesurada bajo los efectos del alcohol».

Los agentes que se desplazaron al lugar de los hechos tuvieron que solicitar refuerzos a Madrid. Para tratar de dispersar a los jóvenes se realizaron descargas al aire con pelotas de goma. No fue posible. Los jóvenes empezaron a romper mobiliario urbano, colocaron barricadas y quemaron contenedores.

Al final, a Pozuelo acudieron los llamados «centauros» de Madrid (una unidad especial de la Policía Nacional que patrulla la noche madrileña) que practicaron varias de las detenciones.