Oviedo

Una de las tragedias ferroviarias de los últimos años en Europa tuvo lugar en la localidad albaceteña de Chinchilla el 3 de junio de 2003, cuando un tren de mercancías chocó contra el Talgo que cubría la línea Madrid-Murcia-Cartagena. El accidente provocó la muerte de 19 de las poco más de ochenta personas que viajaban en el Talgo, y dejó heridas a otras 49. Una de las víctimas fue la avilesina Eva Tombo. La causa de la tragedia resultó ser un error humano de un operario que colocó la luz incorrecta en un semáforo.

En Asturias uno de los accidentes más trágicos tuvo lugar el 2 de agosto de 1993 en un túnel en Vega de Anzo cuando dos trenes de Feve, uno de pasajeros y otro de mercancías, colisionaron. Hubo doce muertos y siete heridos, muchos de ellos con graves quemaduras debido a que la colisión provocó un gran incendio.

El último gran accidente ferroviario en Europa se produjo el pasado 29 junio. La explosión de uno de los vagones de un tren cargado de gas en Viareggio, Toscana (Italia) dejó un saldo de 17 muertos y 50 heridos.