Bruselas (Bélgica)

Dieciocho personas murieron y otras 162 resultaron heridas de diversa consideración en un accidente ferroviario ocurrido ayer en las cercanías de Bruselas al chocar dos trenes de pasajeros. El brutal accidente se produjo a las 7.30 de la mañana, hora punta, cuando un tren en movimiento colisionó con otro convoy que se había detenido entre Halle y Buizingen, dos localidades flamencas situadas a unos 20 kilómetros al suroeste de Bruselas. Las causas del choque se están investigando, pero una de las hipótesis apunta a que el vuelco de dos vagones de uno de los trenes y de un tercero del otro convoy se produjo por un error humano.

La colisión fue «brutal», según detalló un pasajero, que explicó que el tren en el que viajaba se encontraba en movimiento y no frenó hasta el momento del impacto. Tal fue el choque, según Wira Leire, un estudiante que reside en una vivienda frente al lugar de la tragedia, «me despertó un gran ruido. La casa tembló». El choque provocó que algunos pasajeros salieran despedidos por las ventanas de los vagones, algunos de ellos abarrotados a esa hora.

«Ha sido horrible... el choque ha sido muy violento», explicó otra viajera, quien destacó las escenas de pánico que se produjeron entre los viajeros, caídos entre los asientos y los pasillos. «El primer vagón era un horror», añadió. Varios heridos graves atendidos en los hospitales belgas sufrieron amputaciones traumáticas debido a la gravedad de sus dolencias. Los heridos leves fueron trasladados a pie hasta un cercano centro deportivo, desde el que fueron enviados a hospitales o a sus hogares.

Los servicios de emergencia tuvieron que trabajar sin descanso bajo la nieve para retirar a fallecidos y heridos en las camillas desde las vías hasta poder llegar a las ambulancias situadas en las proximidades. Uno de los trenes accidentados cubría el trayecto Quievrain-Lieja, mientras que el otro iba de Lovaina a Braine-Le-Comte. En un primer momento se informó de que la colisión fue frontal, pero las autoridades belgas precisaron que podría haber sido en diagonal, y que el convoy procedente de Lovaina podría haber ignorado un semáforo en rojo y que el otro, que llevaba 10 minutos de retraso, se encontraba detenido. También baraja la posibilidad de que el mal tiempo, con nevadas y heladas constantes en los últimos días, podría haber causado un fallo eléctrico en la señalización. «Normalmente no debería haber más víctimas en los trenes», dijo el gobernador de la provincia de Brabante Flamenco, Lodewijk De Witte. Al cierre de esta edición estaba previsto que los trabajos de desescombro y retirada de los restos de los trenes accidentados continuaran durante toda la noche y parte de esta mañana, aunque la vía no será operativa durante varios días. Ésta es la segunda gran tragedia que sufre Bélgica en las últimas semanas, después de los 14 muertos que causó el pasado 27 de enero una explosión de gas en un edificio de viviendas en Lieja.