Oviedo, L. Á. VEGA

Convirtieron un asalto a una vivienda en Corvera en una auténtica pesadilla de terror. Dos individuos que se sientan esta mañana en el banquillo de la sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo asaltaron a dos hermanos de 80 y 85 años para robarles. Como sólo les daban 20 euros y les parecía muy poco («nosotros, por 20 euros, no entramos aquí», dijeron a los hermanos), decidieron echar mano de la crueldad más absoluta.

A uno de los ancianos le aplicaron un soplete en un ojo, una mano y un muslo, aparte de tundirlo a puñetazos y patadas. Al otro hermano le amenazaron con cortarle el cuello con una sierra. Los dos hermanos terminaron confesando que guardaban el dinero detrás del espejo del baño. Allí encontraron 500 euros.

Estos hechos terribles se produjeron sobre las cuatro y media de la madrugada del 1 de diciembre de 2007. Los acusados, señala el fiscal, entraron por una ventana de la cocina, el cuarto donde estaba una de las víctimas. No sólo golpearon a los dos octogenarios, sino que los ataron de pies y manos y les amordazaron para poder hacer con ellos mejor lo que quisieran.

Los tuvieron atemorizados durante casi una hora, durante la que no cejaron de amenazarlos. Al final se llevaron el dinero, una escopeta de caza, munición, un teléfono móvil y las cartillas bancarias de los ancianos, de las que no pudieron hacer uso. También se llevaron el soplete con el que habían torturado a una de las víctimas, así como una bombona de gas con la que se alimentaba el aparato. Todos estos efectos fueron localizados por la Policía unos días después.

Para el principal acusado, Alfredo P. G., vecino de Ciaño-Langreo, el fiscal pide doce años y cinco meses de prisión, así como una multa de 720 euros, por los delitos de allanamiento, robo con violencia e intimidación y tenencia ilícita de armas, y una falta de lesiones.

Para su cómplice, Ángel C. P., residente en Sotrondio, el ministerio público solicita once años y siete meses de cárcel, por las mismas infracciones, salvo la tenencia de armas.

Al juicio también comparecerá María Esperanza P. G., compañera sentimental de Alfredo P. G. y madre de Ángel C. P., que afronta dos años y nueve meses de cárcel, por un delito de receptación, puesto que, según el fiscal, compró el teléfono móvil robado por los delincuentes a sabiendas de que su procedencia era ilícita, y también por tenencia ilícita de armas, puesto que la escopeta se encontró en su casa.

El ministerio público solicita, además, 5.200 euros de indemnización para los dos hermanos, tanto por las lesiones sufridas como el dinero sustraído.