Oviedo, M. J. IGLESIAS

La intensa nevada que cayó el viernes en la zona noroeste madrileña y que obligó a cortar el tráfico por la tarde de ese mismo día, en la autopista A-6 que une Madrid y La Coruña, durante más de 4 horas entre los términos de Las Rozas y Guadarrama, dejó atrapados a varios asturianos que en algún caso tardaron más de diez horas en alcanzar su destino, tanto en dirección Madrid como en sentido hacia Asturias.

Los atascos, que afectaron a decenas de vehículos, provocaron ayer un intenso cruce de acusaciones entre miembros del Gobierno de España, de la Comunidad de Madrid y de representantes del PP y del PSOE. La secretaria general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Inmaculada Rodríguez Piñero, pidió ayer disculpas a los ciudadanos afectados y explicó que la actuación, realizada en coordinación con la Comunidad de Madrid, no pudo ser otra, por las circunstancias que concurrieron.

Uno de ellos fue el gijonés Enrique Marcos Menéndez, que viajaba con su mujer, Blanca Carrasco, y sus dos niños, de 5 y 10 años, dispuestos a pasar el puente de Carnaval. Salieron de Gijón a las cinco y media de la tarde y llegaron a Madrid pasadas las cuatro de la mañana. «Nos quedamos parados antes del peaje de los túneles de Guadarrama, donde estuvimos cerca de una hora, y más adelante, antes de Las Rozas». Enrique Marcos contó ayer con calma y resignación la odisea que pasó la familia. «El tramo peligroso estaba en los diez kilómetros a la altura de Las Rozas, el resto de la carretera estaba bastante limpio». Llevaban cadenas, pero no les hizo falta ponerlas. «Aunque a veces el coche se iba un poco, fue posible controlarlo». A los parones en la circulación por efecto de la nieve se unió el consabido atasco de la entrada a Madrid. «Me da la impresión de que falló la previsión para limpiar la carretera, estas cosas pasan y ya está. Al final se acabó resolviendo», indicó.

Bárbara Álvarez-Miranda, madrileña de raíces asturianas, que trabaja en La Felguera, tuvo un viaje más movido. Padeció el monumental atasco que se formó a la altura del peaje de Guadarrama, porque salió de La Felguera, más tarde que Enrique Marcos, alrededor de las siete de la tarde. El aperitivo fueron las intensas lluvias y nevadas por la autopista del Huerna y parte de León. «La calzada estaba despejada y sin atascos, para circular a 50 o 60».

Las cosas se torcieron a las once menos cuarto de la noche, en el kilómetro 60 de la A6. «Para recorrer un kilómetro tardé tres horas». Como la circulación no avanzaba, a las dos llamó a su hermano a Madrid. «Me dijo que había un tramo cortado en Las Rozas; nevaba muchísimo y me estaba quedando sin gasolina». Entonces tomó la determinación de buscar un hotel para pasar la noche. «Mi salvación fueron las cadenas, sin ellas no hubiera podido llegar hasta El Espinar (Segovia) y entrar en el "parking" de un hotel». Encontró el alojamiento de milagro. «La visibilidad era mala y los carteles tenían nieve pegada». La joven, curtida en viajes entre Madrid y Asturias desde su infancia, asegura que nunca vivió una situación igual. «Lo peor es la indefensión que sientes». Ayer aún fue necesario quitar nieve con palas para salir del aparcamiento. La lenense Magdalena Quintana, transportista de mercancías peligrosas, dejó el viernes Madrid a las seis de la tarde conduciendo su tráiler. «He vivido muchas nevadas, pero ésta fue la peor». El tramo de Guadarrama lo sorteó «con lentitud». Se quedó parada en Rioseco de Tapia, en la vertiente leonesa del Huerna. Llegó a Pola de Lena a las cuatro de la mañana, dos horas más tarde de lo habitual, pero sana y salva.