Silvia Brugos y su madre, Isabel Rodríguez, ratificaron ayer en el Juzgado de Cangas del Narcea su versión sobre los hechos que ocurrieron en la casa familiar la noche del 23 de mayo, cuando la brutal agresión de José Manuel Álvarez les produjo graves heridas a ambas mujeres y acabó con la vida del padre, el hermano y el novio de Silvia Brugos.

Ambas mujeres estaban citadas por el juez Alfonso Álvarez-Buylla Naharro a las doce y media de la mañana, pero a las doce menos cuarto ya se encontraban dentro de las dependencias judiciales. Entraron y salieron del edificio acompañadas por Juan José, hijo de Isabel y hermano de Silvia. Estuvieron con el juez una hora y cuarto, asesoradas por el abogado gijonés José Joaquín García.

Los hechos sucedieron la madrugada del 23 de mayo, tras haber concluido la jornada electoral. Silvia había sido elegida concejala del Ayuntamiento de Degaña por el PSOE y celebró el resultado de los comicios municipales con otros compañeros de partido en El Forno, un bar de la localidad de Cerredo. La fiesta se prolongó hasta las dos de la madrugada, hora a la que Silvia decidió volver a casa. Sobre esa hora, habría recibido una llamada de su ex marido, quien le habría dicho: «Ya eres concejala, seguro que estás muy contenta, pero lo vas a pagar». No era la primera vez que le llegaban mensajes de este tipo por parte de su ex pareja. Sin embargo, esta vez iba a cumplir su amenaza con absoluta brutalidad.

De madrugada, Álvarez rompió la puerta de la casa familiar con una maza y, aún en total oscuridad, comenzó un ataque que acabó con la vida de Miguel Ángel, padre de Silvia; Roberto, su hermano, y Jorge Marqués, su pareja. Aunque no lo viese, por la falta de luz que había en ese momento en la vivienda, a las cinco de la mañana, Silvia Brugos no tiene ninguna duda de que fue José Manuel Álvarez el autor de los mortales apuñalamientos, puesto que no dejaba de proferir gritos salvajes. Cuando fue interrogada por la Guardia Civil, Silvia manifestó que desconocía algunos detalles del crimen, como los destrozos causados a su vehículo, pero apuntó directamente a su ex marido como el autor de las agresiones que acabaron con la vida de su padre, su hermano y su novio.

Tras la declaración de Silvia y de su madre, el siguiente paso del proceso judicial en marcha será escuchar el testimonio del presunto asesino. Esto se producirá, según todos los indicios, a mitad del mes de julio. El abogado de Álvarez, Javier Ordóñez Morán, confirmó que planea realizar la solicitud de declaración del imputado a finales de este mes, lo que equivale a que el juez daría cita para mediados de julio.

Álvarez no declaró en su día ante el juez porque se encontraba en estado de shock y su abogado le recomendó esperar hasta aclarar su mente y poder explicar las motivaciones de sus brutales actos. La participación en los hechos del imputado está fuera de toda duda, pero lo que su abogado defensor pone en tela de juicio es el estado mental de Álvarez.

Ordóñez Morán declaró a la entrada en el Juzgado de Cangas que el acusado «estaba en tratamiento antes de los hechos, debido a la ruptura familiar, y que lo está ahora mismo» en la cárcel de Villabona. «Soy yo quien le tiene que explicar que ha matado a tres personas, o que Silvia resultó herida, porque él no lo recuerda. Cada vez que le doy una de estas noticias se queda en estado de shock», añadió el letrado del acusado.

José Manuel Álvarez repite, con insistencia, que lo único que quería era recoger a sus hijos y que entró en la vivienda desarmado. Se muestra muy confuso por lo que le está pasando y, por eso, aún no ha declarado ante el juez.