Oviedo,

Félix VALLINA

La comisaria jefe de la Policía Local de Arraial do Cabo (Brasil), Cláudia Faissal, ha vuelto a encontrar «contradicciones» durante la entrevista que mantuvo el pasado miércoles con la supuesta novia del asturiano encarcelado en Brasil en relación con el brutal asesinato de una mujer de 31 años, Denise Moraes de Carvalho, que apareció muerta y con evidencias de haber sido violada el pasado 21 de febrero durante los Carnavales en la citada ciudad costera del país carioca. Al menos ésa es la versión de los abogados de la empresa Acciona -según explicó ayer la familia del joven de Tudela Veguín- que se hallan en Brasil para asistir legalmente al asturiano Pedro Luis Toribio y a otro trabajador de la firma implicado también en el asesinato, Pedro Manuel Gómez (los dos españoles estaban en Brasil trabajando para Acciona en la construcción de un puerto). «Es la única información que manejamos, estamos contentos porque al parecer la chica no puede defender una versión coherente de los hechos. Eso vuelve a poner de manifiesto que nuestro hijo es inocente», señaló ayer, el padre del asturiano encarcelado, Juan José Toribio.

Los letrados de Acciona están convencidos de que a los españoles les han tendido una encerrona. El asturiano Pedro Luis Toribio, que tiene 28 años, mantenía una relación con Jaqueline do Carmo -una camarera de 21 años que trabajaba en el restaurante en el que el joven de Tudela Veguín comía y cenaba a diario- y los abogados sospechan que fue ella -que también está presa- la que lo implicó en el crimen tras negarse a traerla con él a España. No en vano, según asegura la familia, «Pedro Luis nos aseguró que estaba durmiendo con esa chica el día en que se cometió el crimen», señaló Juan José Toribio.

Denise Moraes de Carvalho, empleada de una notaría, apareció en el patio de una escuela molida a palos y con evidencia de violencia sexual. Su cuerpo se encontró con el cuello roto y con fracturas en las costillas y un brazo. Según la versión policial, recogida en su día en el diario «O Globo», los españoles habrían obligado a la mujer a subirse a su coche a punta de pistola, con la intención de llevarla «a una orgía que habían organizado», pero al resistirse la golpearon hasta matarla. La Policía Civil de Río de Janeiro implicó a los dos españoles a consecuencia de la denuncia de una persona que declaró ser testigo ocular de los hechos y que afirma que identificó su automóvil, un Renault Sandero, en el lugar del crimen. Todos los vehículos de ese modelo matriculados en la zona pertenecen a una flota adquirida por la constructora española Acciona, en la que trabajaban los implicados, según mantienen las autoridades.

La jefa de la Policía Local de Arraial do Cabo, Cláudia Faissal, afirma que las autoridades pudieron comprobar -gracias a la grabación de una cámara de seguridad de un banco cercano a la zona en la que se cometió el asesinato- que el coche del asesino es del mismo modelo y tiene las mismas características que el que utilizaba habitualmente el joven asturiano, que llevaba seis meses en Brasil y estaba a punto de regresar a Asturias. Al ser interrogado inicialmente por la Policía, Pedro Luis Toribio usó como coartada a su compañera sentimental: dijo que ese día estaba en casa durmiendo con ella, pero la camarera incurrió en contradicciones en su primer testimonio -al igual que el miércoles- lo que levantó las sospechas policiales y derivó en la detención del asturiano y del otro español.

Algunos medios brasileños, basándose en fuentes ligadas a la investigación, aseguran que la camarera Jaqueline do Carmo ya había dejado el restaurante en el que trabajaba para emprender la huida en el momento en el que fue detenida y aseguran que pudo ser ella la que hizo de intermediaria y la que trató de convencer a la mujer asesinada para que se subiese al coche de los españoles la noche del crimen. La familia del asturiano asegura que Pedro Luis Toribio no tuvo nada que ver en el asesinato y que la chica «quiso atraparlo».