Oviedo, Ana B. CUERVO

Un joven naveto de 19 años, J. J. S, murió ahogado ayer por la tarde en el río Piloña a su paso por la localidad de Antrialgo, en el concejo del mismo nombre. Los hechos sucedieron en torno a las dos y media de la tarde, cuando la víctima se estaba bañando en una zona del cauce donde se forma un pozo en el que no se hace pie, por lo que puede resultar peligrosa si no se sabe nadar bien.

El joven naveto estaba acompañado por tres chicos y dos chicas, todos ellos de etnia gitana, que intentaron en dos ocasiones, sin fortuna, sacarlo del agua, al encontrarse en un lugar en el que era difícil alcanzarlo y arrastrarlo hasta la orilla. Ninguno de ellos disponía de teléfono móvil, por lo que tuvieron que acudir a la casa del pueblo más cercana para pedir ayuda a un vecino. Éste fue quien dio el aviso de que había un chico ahogándose en el río. El 112-Asturias alertó a Bomberos de Asturias, que envió un helicóptero y un equipo de seis personas al lugar de los hechos.

Inmediatamente sacaron al fallecido del agua y comenzaron a practicarle las maniobras de reanimación en la orilla del pozo. Las continuó sin éxito un médico rescatador, pero las asistencias no pudieron hacer nada por salvarle la vida. El médico de atención primaria de Infiesto certificó el fallecimiento alrededor de las cinco y media de la tarde, a la espera de la llegada del forense y del juez que autorizarían más tarde el levantamiento del cadáver.

«Ésa es una zona del pueblo que nosotros llamamos "El Pozón", donde siempre suele haber gente. Fue mala suerte porque dio la casualidad de que hoy no había ningún vecino por allí; si no, lo hubiéramos sacado seguro», se lamentó Rafael Cofiño, residente de Antrialgo, en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.

Aún no se conocen las causas del ahogamiento, aunque, según fuentes de Protección Civil, se baraja la posibilidad de que el joven se hundiera y muriera asfixiado al tragar agua o bien que sufriera un corte de digestión. El lugar de los hechos es un sitio bastante concurrido por los vecinos de Antrialgo y donde muchos jóvenes acuden cada día a bañarse. «El Pozón» está rodeado de árboles que son utilizados muchas veces como trampolín por los jóvenes que se acercan hasta el lugar para darse un chapuzón.