El panameño Jonathan Wilson Bailey, sospechoso del asesinato del sacerdote asturiano Aníbal Gómez del Blanco, el pasado 30 de octubre en la ciudad caribeña de Colón (Panamá), se entregó ayer de forma voluntaria a las autoridades, tras permanecer fugitivo casi un mes, según informaron fuentes judiciales. También está detenida e imputada María Castillo, la trabajadora doméstica de la casa, ligada sentimentalmente al presunto autor de los hechos.

La prensa local panameña ha publicado que Castillo identificó ante las autoridades a su pareja como autor material del crimen. La Procuraduría General (Fiscalía) divulgó la identidad del sospechoso a través de un comunicado de prensa, en el que se incluyó su domicilio conocido, en Colón.

Wilson Bailey, que se entregó ante funcionarios de la Fiscalía Cuarta Superior del primer distrito judicial de Panamá, estaba requerido por un delito contra la vida y la integridad personal en grado de homicidio doloso, de acuerdo con la información oficial. Según las pesquisas, Bailey, residente en Colón, fue quien asesinó al sacerdote en la residencia del Obispo emérito de la ciudad, el pamplonés Carlos María Oriz, fraile claretiano de 84 años, del que era Gómez asistente y con el que colaboraba desde su llegada al país centroamericano.

Aunque Aníbal Gómez era natural de Polvoredo (León) pueblo de 50 habitantes cercano a Tarna, se sentía asturiano. Trabajó durante varios años en la librería San Pablo de Oviedo y sus hermanos residen en el Principado. El religioso, que llevaba veinte años en el país centroamericano, fue brutalmente asesinado tras ser apaleado y cosido a navajazos. A Wilson Bailey se le tomará declaración sobre el móvil y su supuesta participación en el crimen, según indicó la procuradora general de Panamá, Ana Belfon. "La diligencia acaba de iniciarse", expresó Belfon, quien agregó que con la entrega voluntaria del sospechoso se muestra un interés en colaborar con el esclarecimiento de los hechos.

La localidad leonesa de Lario, cercana a Polvoredo, y donde se encuentra el panteón familiar de los Gómez del Blanco, rindió el pasado 9 de noviembre un emotivo homenaje al sacerdote. Las cenizas del cura llegaron en un vuelo regular desde Panamá y fueron trasladadas a la localidad, donde se celebró una misa funeral oficiada por el obispo de León. Lario y Polvoredo eran las localidades frecuentadas por el cura, a las que regresaba cada verano para ver a sus familiares. Gómez no quiso renunciar a un destino que según su familia le permitía "ayudar a los demás". A la familia la tranquilizaba con frases como "aquello es muy seguro" y las gentes son "muy agradecidas". El padre Gómez oficiaba su labor sacerdotal en la parroquia María Madre de Dios, en el sector de antiguo Fuerte Davis.