Silverio Cerra fue encontrado ayer sin vida muy cerca de las capillas del Monsacro. Todo indica que había iniciado el descenso de regreso a La Collada, donde había dejado su vehículo, cuando se precipitó por un barranco de unos 30 metros de altura. La caída fue fatal. La investigación estima que los hechos ocurrieron sobre las siete de la tarde del viernes, ya que unos minutos antes el religioso había hablado con un familiar, al que había explicado que estaba "disfrutando del paisaje" al pie de las ermitas, un conjunto arquitectónico catalogado como monumento histórico-artístico.

El punto concreto donde cayó Silverio Cerra posiblemente sea el paso más angosto de la senda de cinco kilómetros que une La Collada con las capillas del Monsacro. Los montañeros consultados por este periódico señalan que en esa zona la senda se convierte en un "tramo para cabras". Aún así, remarcan que no se puede decir que se trate de camino peligroso. "En condiciones normales una caída en esa zona no debe ser mortal", señaló ayer un miembro de los equipos de rescate de la Guardia Civil. En este caso, el sacerdote fallecido tuvo el infortunio de precipitarse por el peor sitio posible. Fuentes próximas a la investigación apuntaron que el cuerpo, para mayor fatalidad, quedó ocultó entre las rocas. De esta forma resultó imposible que alguno de los muchos senderistas que transitan por la zona pudiera divisare el cadáver a lo largo de los dos días que, presuntamente, el religioso permaneció muerto en el Monsacro.

Las ermitas de la Magdalena y de Santiago están vinculadas a una comunidad de monjes que los historiadores afirman que se instaló en el Monsacro en el siglo XII. También se baraja un posible origen templario. El Ayuntamiento de Morcín proyectó en su momento construir un teleférico para que los visitantes pudieran acceder al enclave sin dificultad, pero la iniciativa finalmente parece haber quedado aparcada por falta de apoyos.