Un hombre acusado de entrar a robar en una tienda de Lugones con la cara cubierta por un pasamontañas y empuñando una pistola, y de intentar hacer lo mismo en otro, aceptó ayer una condena de cinco años, tres meses y dos días de prisión. El delincuente, que actuó bajo los efectos del síndrome de abstinencia, es reincidente.

Los hechos ocurrieron poco después de las siete y media de la tarde del pasado 25 de febrero. El hombre entró en la tienda cubierto con pasamontañas, y amenazando a la dueña con una pistola le dijo: "dame todo lo que tengas en la caja, que es para darle de comer a mi hijo". Ella le dijo que no tenía porque no había vendido nada, y entonces él le mostró de nuevo la pistola, sacó el cargador y le mostró los cartuchos. La mujer, asustada, le entregó 10 euros.

Pocos minutos después entró en una librería, de la que tuvo que huir al llamar la propietaria a la Policía. Fue detenido poco después.