Año negro para los aficionados a los encierros taurinos. Ya son diez los fallecidos en España después de haber sido embestidos o corneados por toros en este tipo de eventos. La mayoría de los sucesos tuvieron lugar en tierras levantinas. A esa trágica cifra se ha llegado, además, en menos de tres meses. No se alcanzaba una registro tan alto desde 2009, por lo que estos dos años han sido los que más muertes se han producido desde el comienzo del siglo.

La primera víctima del año llegó el 24 de junio. Era un vecino de la localidad de Moraleja (Cáceres). El varón, de 43 años, sufrió traumatismo craneoencefálico y graves lesiones en el tórax después de ser corneado violentamente. El extremeño fue el primero de esta trágica lista por solo unas horas. Casi le gana la partida un vecino de Tarragona, de 80 años, fallecido el 25 de julio, pero que para es fecha ya llevaba varios días ingresado en el hospital, tras sufrir una cogida en las fiestas de su pueblo. No consiguió reponerse.

En julio se registraron otras dos muertes. El día cinco, un hombre de 55 años falleció en Castellón, durante las fiestas de Sant Pere. Al igual que el primero de la lista, una cornada de un toro le provocó una lesión en el tórax y varias heridas. Días más tarde, el 14, un turista francés murió corneado por un toro en el municipio del norte de la provincia de Alicante de Pedreguer. El hombre grababa con su teléfono móvil el festejo cuando la res le alcanzó con sus cuernos perforándole el abdomen.

Si julio fue trágico, agosto está siendo mucho peor. El día 9, un varón perdió la vida al ser corneado en el cuello, en Villaseca de la Sagra (Toledo). El joven, de 32 años murió en el hospital. También, el 14 de agosto, un varón de 55 años perdió la vida en la localidad de Blanca, en Murcia. La víctima se encontraba en las barreras, pero no estaba sentado a una altura suficiente y el toro logró tirar de él por las piernas precipitándolo al suelo.

Solo un día después, la desgracia fue doble. Un joven de 32 años falleció por cornadas de toros en Museros (Valencia). Fue embestido cuando intentaba refugiarse del animal. Ese mismo fin de semana, el concejal de Festejos de Traspinedo (Valladolid), José Alberto Peñas falleció en la localidad vallisoletana de Peñafiel como consecuencia de las heridas de asta, que provocaron que el edil de 33 años, se desangrase. Un día después otra tragedia otro hombre falleció en Lerín (Navarra) por la cornada de un toro en el abdomen durante las fiestas patronales. Cierra esta macabra retahíla de nombres, el ovetense Venancio Martínez, fallecido el sábado en Borriel (Castellón).

El año pasado solo se contabilizó una muerte, cuando la media de los últimos años se ha quedado en unas dos defunciones. El 2015 ya es trágico, y aún quedan encierros por celebrar.