Caso Abierto - La Nueva España

Caso Abierto - La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La envenenadora, una "trabajadora ejemplar"

"Jamás lo hubiera imaginado", sostienen excompañeros de la acusada de intentar intoxicar a otros sanitarios de Arriondas

Entrada al servicio de urgencias del hospital. M. MENÉNDEZ

"Es la única persona de la que jamás en la vida hubiéramos pensado que podría hacer algo así. No damos crédito", asegura una trabajadora del Hospital del Oriente, en Arriondas. Quienes conocen a la técnica de laboratorio del servicio de urgencias que supuestamente trató de envenenar a dos compañeros de trabajo por rencillas laborales, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, no dan crédito a lo ocurrido. La definen como "atenta con los compañeros, agradable, simpática, siempre con una sonrisa, servicial...". Y continúan diciendo que junto con su esposo, también trabajador del hospital, formaban un "matrimonio modélico".

Por este motivo no es de extrañar que sus allegados y conocidos sigan dando vueltas sobre los motivos que la llevaron a diluir en las botellas de agua de sus compañeros restos de laboratorio, sustancias que el Instituto de Toxicología de Madrid está analizando y que determinarán los delitos que finalmente se le imputan. Ahora son los de lesiones, daños, y contra la seguridad colectiva. Trabajaba en el departamento de microbiología y, además, rompió probetas y manipuló aparatos -aunque se detectaron los fallos que se produjeron en los diagnósticos-, según recogieron las cámaras que colocó la Guardia Civil. Estas grabaciones llevaron a su detención el pasado día 5 y su puesta en libertad con cargos hasta la espera del juicio. Además, la magistrada del Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís ha decretado una orden de alejamiento del centro y de los compañeros afectados.

Una empleada que trabaja también en el servicio de urgencias sostiene que "o se le cruzó un cable o tuvo que aguantar mucho de sus compañeros para llegar a ese extremo porque es la mejor persona que conozco, aún no me lo puedo creer. Es una buena persona", insiste, a la par que recalca el "mal ambiente" de trabajo que se respira. "El 90% del hospital no lo entiende. Todo el mundo está asustado y me solidarizo con una compañera que siempre fue de bandera", hace hincapié.

La acusada, de 43 años, madre de dos hijas y residente en Arriondas, llevaba trabajando en el centro hospitalario desde su inauguración, hace unos 18 años. A la compañera que supuestamente trató de envenenar la habían ascendido recientemente a supervisora del laboratorio y el otro afectado trabaja con los hemogramas. Una de las opciones que baraja la investigación es que fue precisamente esta promoción laboral la que la llevó a tramar una venganza, pero no convence a todos sus compañeros, que siguen insistiendo en el "mal ambiente" que reina entre los propios trabajadores. La acusada participaba activamente en actividades sociales.

Compartir el artículo

stats