Tres jóvenes avilesinos recibieron una brutal paliza en la madrugada del sábado cuando salían de un bar en la zona de Fomento de Gijón y se están recuperando de sus heridas en sus casas. "A la salida del bar me engancharon cuatro o cinco chavales, casi sin mediar palabra. Estaban buscando movida. A un amigo le cogieron entre dos mientras otro le pegaba", explica el castrillonense de 22 años Guillermo Serrano, jugador del Real Avilés B, al que se le conoce como "Willy" en el mundo del fútbol y que fue uno de los agredidos en la pelea.

El futbolista, dentro de la gravedad, ya que le tuvieron que llevar al hospital tras la pelea, fue uno de los mejor parados: "Uno de mis amigos quedó inconsciente ya allí y otro amaneció en el hospital desmayado, con problemas para acordarse de lo sucedido", añade Willy.

"Hemos puesto una denuncia en la Policía de Gijón. Nos dijeron que la tramitarían y que ya nos llamarían. Así que ahora nos toca esperar", añade Willy, que explicó que cuentan con testigos de la agresión que podrían ayudar a que la denuncia siga adelante.

"Estoy abrumado por la cantidad de gente que se ha preocupado por mí, y lo agradezco, pero ahora lo que necesito es descansar. Me gustaría que esto quedara ya atrás", afirmó ayer el jugador desde su casa, donde se recupera de las heridas aun visibles en su rostro.

Tendrá unos días más de recuperación, que se unen a la lesión muscular que le tenía fuera de los terrenos de juego estos días. "Ya voy estando mejor, pero sigo todavía muy dolorido, tendré que ir poco a poco", explica el futbolista. Sus amigos, como él, están mejorando poco a poco y, sobre todo, dejando que se les pase el susto.

Willy es uno de los jugadores que más temporadas lleva en el Real Avilés, aunque la temporada pasada jugó la recta final de la Liga en el TSK Roces. Canterano del club, comenzó a jugar con la camiseta blanquiazul hace doce campañas y es uno de los jugadores del filial que suben a menudo a entrenar con el primer equipo. Además, fue uno de los partícipes de que el Avilés B subiera por primera vez en su historia a Tercera División hace dos temporadas, aunque ahora vuelve a estar en Preferente, arrastrado por el descenso del primer equipo la pasada campaña.

El Real Avilés no gana para sustos esta semana, pero afortunadamente las consecuencias no han ido a mayores. A la paliza al jugador del filial se une el golpe que se dio en la cabeza el futbolista del primer equipo Josín, el pasado viernes, al saltar a la piscina durante el entrenamiento, y que hizo que tuvieran que ponerle treinta puntos de sutura y diez grapas para cerrar la brecha. Ambos jugadores son conscientes de que los incidentes podrían haber sido mucho más graves, y esperan que las consecuencias pasen cuanto antes.